¿Tenés tus datos a resguardo? Guía sencilla de backup hogareño

¿Cuántos de nosotros hemos perdido alguna vez un archivo importante? Sean documentos laborales, de estudio, fotografías familiares, o cualquier otro contenido, todos hemos sido víctima de negligencia (muchas veces, propia) que nos han puesto en problemas a veces muy difíciles de manejar.

Hay una máxima en el mundo del software y de los sistemas, respecto a este tipo de pérdidas: en lo que se refiere a computación, una pérdida física siempre es un riesgo, pero una pérdida de información es inadmisible. Con lo primero decimos que siempre existe la posibilidad de que se rompa el disco rígido, se queme la pc, el monitor se caiga o cualquier otro tipo de imprevisto que nos obligue a desembolsar dinero. En cuanto a los datos, no existe excusa aceptable para la pérdida, ya que existen muchos mecanismos de resguardo. De manera que si perdemos un documento importante, es nuestra culpa, siempre. Es nuestra responsabilidad resguardar nuestra información valiosa, ya que no tiene reemplazo económico que pueda sustentarla.

Aquí interviene la palabra mil veces mentada y muy poco llevada a la práctica: backup.

-¿No tenías un backup?

Nos suelen preguntar cuando le contamos a alguien sobre nuestra irremediable pérdida. Es obvio que no, sino no estaríamos lamentándonos.

Hasta hace algunos años, hablar de backup era sinónimo de grabar un cd con nuestra información periódicamente, o guardar en varias computadoras nuestros datos, manualmente. Incluso hay gente que usa los pen drives con esta finalidad –lo cual sigue siendo un error, ya que el pen drive es un medio de transporte, no de almacenamiento ¿Acaso no es más fácil perder un pen drive que encontrarlo?-.
Todo lo anterior hizo que la práctica concreta de un método de resguardo se volviera engorrosa, aleatoria y difícil de recordar. Afortunadamente, hoy tenemos al alcance de la mano varios métodos más que aceptables como para poder afirmar que si perdemos algún archivo, es enteramente nuestra culpa. Estos métodos son muy fáciles de usar, automáticos (es decir, hacen el backup sin necesidad de nuestra intervención), y gratuitos, al menos en la medida que la mayoría necesitamos para manejar nuestros ficheros personales. Aquí un repaso de algunos, y cómo utilizarlos:

1- En la nube: esto es, simplificando, espacio virtual en internet. Nos referimos a guardar archivos en La Nube cuando hablamos de tener disponibilidad de almacenamiento en internet, tal como si tuviéramos un disco rígido virtual. Podemos acceder a él mediante cualquier dispositivo, generalmente, y mediante usuario/password.
¿Es seguro? Más seguro que usar el Facebook, y más seguro que usar Windows.
Casi nada es 100% privado hoy por hoy, en nuestra vida digital. Más adelante hablaremos sobre cómo encriptar nuestros datos, para que nadie más que nosotros tenga acceso, en una guía rápida para obsesivos de la privacidad. Por ahora, con usuario/password debería alcanzar. Ejemplos de almacenamiento en la nube:

  • Dropbox: A la vanguardia, fue uno de los primeros en tener alcance masivo. Este medio de almacenamiento nos brinda cuentas gratuitas o pagas, dependiendo de la capacidad que necesitemos. Personalmente, creo que la cuenta gratuita es suficiente para almacenar lo imprescindible. La idea es guardar archivos que no podemos reemplazar, tales como documentos Word propios, Excel, fotos y demás. Guardar música, películas, y demás archivos pesados -y, en general, reemplazables ya que bastaría con descargarlos nuevamente- deberían quedar fuera de nuestro backup.
    Para utilizar Dropbox, debemos crearnos una cuenta en www.dropbox.com, tal como si estuviéramos creando un correo electrónico. A grandes rasgos, lo que hace Dropbox es colocar una carpeta en nuestro sistema cuyo contenido será siempre subido automáticamente a nuestra cuenta en la nube. Entonces, desde cualquier lugar con internet podremos acceder a nuestros archivos, y tendremos la posibilidad de descargarlos en caso de que accidentalmente lo hayamos borrado; también, tendremos la posibilidad de tener acceso a versiones anteriores de nuestro mismo archivo, por ejemplo «Quiero ver mi archivo de word que actualicé hoy, pero en el estado en el que estaba la semana pasada» Tenemos un seguimiento de cómo estaba cada archivo en un determinado momento.
    Además de lo anterior, tiene una poderosísima herramienta: la posibilidad de sincronizar nuestra carpeta. Esto es más sencillo de explicar con un ejemplo: instalamos Dropbox en dos PC distintas: llamémosle PC1 y PC2. Obviamente, ambas instalaciones estarán hechas con la misma cuenta Dropbox que creamos anteriormente. Cada PC, entonces, tendrá una carpeta llamada Dropbox, en cuyo interior iremos colocando lo que queremos resguardar. Lo que sucederá es que si agregamos un archivo dentro de ella en PC1, este archivo se subirá a nuestra cuenta, y se descargará en la carpeta Dropbox de la PC2. Al mismo tiempo, lo que subamos en la PC2, irá a la nube y bajará automáticamente a PC1. Estas dos carpetas estarán sincronizadas. Esto es tremendamente útil si somos una persona que trabaja en distintas PC, y queremos tener lo mismo en ambas. ¡Olvidémonos del Pen Drive! Como dijimos, todo esto se realiza automáticamente una vez que hayamos creado nuestra cuenta. Otra ventaja: funciona tanto en Windows como Linux y Mac. Realmente una alternativa interesantísima.
  • Google Drive: tiene prestaciones muy similares a Dropbox, por lo que no nos explayaremos. De hecho, brinda más espacio gratuito que el primero. Un punto en contra es que sabemos que Google es como la vecina chusma que se pasa el día atrás de la cortina. Es muy probable que cada cosa que subamos, sea chusmeada con fines, en principio, comerciales.
  • Mega: Esta alternativa es muy útil en cuanto a privacidad. El funcionamiento es muy similar a los dos anteriores, pero está desarrollada por un personaje inefable de internet: Tim Dotcom (su nombre se traduciría como Tim Puntocom), una especie de guerrillero en contra del espionaje, y nos promete privacidad al máximo. De hecho, colocó los servidores en Nueva Zelanda, ya que ese país tiene principios más benévolos con la privacidad de las personas. La página es mega.co.nz. Vale la pena revisarlo. Un punto en contra: sólo disponible para Windows, por ahora.

2- En un disco externo: Sí, parece ser demasiado obvio. Si compramos un disco rígido externo, podemos colocar nuestra información allí. Esto es más costoso, aunque un poco más profesional. Sin embargo aquí proponemos una vuelta de rosca a este concepto: un servidor NAS hogareño. Esto es sólo para quienes tienen un conocimiento un poco más profundo del manejo de la PC: ¿Qué es un servidor NAS? Básicamente es un disco rígido que permite conectarse directamente a nuestro router. Esto es un poco más avanzado, pero tiene múltiples usos:

  • Podemos configurarlo para que sea un cliente torrent, y baje nuestros archivos constantemente mientras estamos conectados.
  • Permite el acceso desde cualquier PC en nuestra red.
  • Muchos modelos permiten compartir nuestra impresora o dispositivo usb mediante nuestro NAS.
  • Permite múltiples comunicaciones con Smart TV, consolas de juegos, y más

Con un servidor hogareño NAS (que rondan los 2 mil pesos hoy 16 de junio de 2014 -pongo la fecha por las dudas-), podremos hacer nuestros backups de forma profesional. Es una solución intermedia que permite quedarnos tranquilos en cuanto a privacidad, y es recomendado para profesionales que trabajan con gran cantidad de archivos confidenciales y/o de gran tamaño. Hay marcas como Lacie y D-Link que nos proveen buenos artículos NAS a un precio más que aceptable. Es cuestión de buscar un poquito en internet sobre esto, y contactar a algún técnico que conozca el asunto, o animarnos e investigar.

Con estas dos alternativas que presentamos, cada una adaptable al bolsillo y conocimiento de cualquiera, no tenemos más excusas. No podemos permitirnos perder nuestro capital más valioso: nuestra información.

Marcos Tonina para PortalLarroque.com.ar