22/07/2014 – ¿Buscada? Tiene 49 años está en lista de Interpol pero al parecer ya nadie la busca…
Norma Bonazzola se escapó hace cuatro años de la cárcel de mujeres. Tiene pedido de captura internacional. Está condenada por el homicidio de la contadora Patricia Tonón, en Gualeguay.
¿Buscada?.Norma Bonazzola, de 49 años, está en la lista de la Interpol, pero parece que ya nadie la busca.
Una mujer que asesinó a una contadora en Gualeguay se fugó hace cuatro años y no hay rastros de su paradero. Pese a que fue condenada a prisión perpetua el caso está impune porque la sentencia no se cumple. Norma Isabel Bonazzola tiene pedido de captura internacional, pero ni las fuerzas de Argentina ni la Interpol pudieron dar con su paradero. En la localidad del sur entrerriano circulan muchas versiones que nunca se corroboraron, mientras familiares y amigos de Patricia Marina Tonón, entre el dolor y la impotencia, esperan que se haga justicia.
Bonazzola cayó presa poco después de asesinar a la víctima. Dos años después fue juzgada por el tribunal de la Cámara penal de Gualeguay, pero antes de dictarse la sentencia concretó el plan que había pensado: el 13 de julio de 2010 evadió la custodia penitenciaria de la Unidad Penal Nº 6 de Paraná y se escapó. Días después la condenaron a prisión perpetua por homicidio, pero ella se habrá enterado por terceros.
El escape fue concretado entre las últimas horas del 13 de julio y las primeras horas de la madrugada del día siguiente. Fue muy sencillo, casi copiado de la clásica película La Fuga de Alcatraz. A la noche, antes de entrar por última vez en el día a su celda, Bonazzola se escondió en algún hueco de la cárcel. Antes, para que las celadoras no se percataran de su ausencia, armó un muñeco con ropa y lo tapó con una frazada para simular que estaba durmiendo. Esperó una distracción de la guardia, atravesó el patio, cortó el alambrado del cerco perimetral y saltó a la calle.
A la 2.20 se descubrió la rotura del cerco y comenzó la requisa para detectar si estaban todas las internas. Fue entonces cuando ingresaron a la celda de la prófuga y, al correr la frazada, se encontraron con la sorpresa: solo había ropa amontonada.
Se estima que la mujer podría haber tenido alrededor de tres horas de ventaja desde que escapó hasta que se descubrió el hecho. Entre los datos que se manejaron al inicio de la investigación, se supo que Bonazzola estaba vinculada con un hombre de nacionalidad paraguaya. También se sospechó que el plan podría haber incluido a un tercero, que habría estado esperándola en la calle para facilitar el escape.
La fotografía con su rostro sigue pegada en algunas dependencias policiales y judiciales, y la Justicia ordenó el pedido de captura nacional e internacional, a través de Interpol. Pero la mujer, hasta ahora, ha burlado la investigación de su paradero. Si bien se manejan varias hipótesis, como que se haya ido a Paraguay, sigue siendo un verdadero misterio.
La causa por la fuga se tramita en el Juzgado de Instrucción Nº 5 de Paraná. Internamente, el Servicio Penitenciario de Entre Ríos realizó sumarios para ocho agentes que entonces estaban a cargo de la Guardia.
Un crimen impune…
Norma Bonazzolla había trabajado como empleada doméstica de Patricia Tonón. El 22 de enero de 2008 un sobrino encontró sin vida a la mujer de 45 años en su estudio de Urquiza 6 de Gualeguay, a media cuadra de la plaza principal. En principio se habló de un crimen pasional, pero poco después se descubrió la verdad: al día siguiente detuvieron a Bonazzola. Cuando allanaron su casa encontraron una cartera con joyas, documentos personales y otros elementos que eran de la contadora. Los investigadores hallaron también el arma homicida y un celular.
Se cree que la asesina le pidió dinero y la víctima le dijo que no tenía. Luego la atacó con una trincheta: el cuerpo de Tonón tenía 12 puñaladas y un profundo corte en el cuello, además de golpes en distintas partes.
Durante el juicio desarrollado en 2010, Bonazzola admitió que se peleó con Tonón en su estudio, pero que no recordaba el momento del ataque mortal. No le creyeron: los jueces la condenaron a prisión perpetua por Homicidio críminis causa, es decir para perpetrar el robo y obtener impunidad.
