16/06/2014 – Tecnología Por Débora Slotnisky (la Nación) El líder del equipo que inventó el DiskOnKey visitó Buenos Aires y habló con el diario.
Desde hace un tiempo se habla mucho de lanube de Internet. Si este concepto se desarrolla en su máxima expresión, ¿seguirá existiendo el pendrive?
Todos los productos tienen un ciclo de vida. Por eso no me molestaría ver que algún día ya no necesitemos el pendrive. De hecho, creo que eso sucederá pronto como consecuencia de la computación en la nube.
De todos modos, para millones de personas el pendrive aún seguirá siendo útil, por ejemplo, para los que no tienen computadora y almacenan en este pequeño dispositivo sus fotos y sus canciones favoritas.
¿A qué se dedica concretamente la firma Picosmos, que usted preside actualmente?
Trabajamos en tres áreas. Por un lado realizamos investigaciones de soluciones de almacenamiento. Por otra parte desarrollamos Bindeclip, un servicio para enviar archivos de cualquier tamaño a una casilla de e-mail, pero sin utilizar un servicio de correo electrónico, por eso garantizamos máxima seguridad en el envío. Lanzamos esto porque el mundo debe prestar atención a la cuestión de la privacidad y a cómo las empresas utilizan la información que obtienen sobre nosotros. Con Binderclip buscamos generar conciencia a través de esta solución que es gratuita, muy fácil de usar y superveloz. Por último estamos investigando cuestiones vinculadas con la robótica, para aumentar la productividad de las empresas. No creemos que los robots reemplacen a los humanos, pero sí que los complementen. Por ejemplo podrían hacer las tareas más básicas para que los empleados realicen las más sofisticadas y, por ende, cobren un mejor salario.
¿El pendrive revolucionó la informática?
Cualquier invento que permita a las personas vivir mejor es importante, pero hay que ser humilde. Y como hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás, no debo quedarme con la anécdota de la invención del pendrive. Ese no es el motivo de mi vida.
¿Cuál es el motivo de su vida, entonces?
El motivo de mi vida es seguir experimentando lo más que pueda para vivir mi propia verdad y mi propia existencia. Es muy difícil ser verdaderamente auténtico con uno mismo, pero eso es lo que quiero de mí. Yo me considero un visionario tecnológico, por eso miro hacia donde van las tendencias y cuáles son los desafíos por superar.
Transportar archivos digitales solía ser un trabajo tedioso y, en ocasiones, complejo. Cargábamos varios disquetes y, luego, CD y DVD. Hasta que en 1999 la empresa M-Systems inventó el pendrive (bautizado, originalmente, DiskOnKey ) que, lanzado comercialmente en 2000, marcó un hito en la historia de la informática, convirtiéndose rápidamente en un dispositivo de uso cotidiano. El líder de ese grupo de científicos, Dan Harkabi, estuvo en la Argentina para brindar una conferencia en la Universidad de Palermo, organizada por el Departamento de Actividades para la Diáspora de la Organización Sionista Mundial en conjunto con su Representación en Latinoamérica, y dialogó con LA NACION acerca del impacto de este invento y el futuro de la información digital..
¿Por qué mientras la comunidad técnica estaba enfocada en desarrollar el DVD como evolución del CD ustedes optaron por otra vía e inventaron el pendrive?
Nuestro objetivo era crear un dispositivo que permitiese transportar la información en el bolsillo y que fuera simple de usar, dos requisitos que el CD no cumplía. Por otra parte se decía que un elemento tan pequeño no podría transportar información, por eso la mayoría de los desarrollos estaba orientada al DVD. Pero nosotros insistimos porque sabíamos que la relación entre las personas y su información era más compleja de lo que parecía a simple vista, porque los usuarios querían que su fotos, documentos, canciones y planillas estuviesen disponibles para ser compartidos y utilizados en cualquier sistema operativo. En definitiva, nosotros pensamos diferente porque, en el momento de innovar, lo más difícil es cambiar la experiencia que uno tiene, y éste es el desafío de un inventor: mirar la propia experiencia con otros ojos, reorganizarse y reinventarse.
Usted fue piloto de la fuerza aérea israelí durante dos décadas. ¿Hay alguna relación entre esta experiencia y el invento del pendrive?
Sí, hay relación entre ambos hechos porque como militar tuve grandes desafíos, por ejemplo, trabajar en equipo, bajo presión y con recursos escasos. Además fue un entrenamiento para aprender a improvisar, a inventar. Todo esto fue clave ya que ningún invento es el resultado de una sola persona, siempre hay una contribución de individuos, y cada uno desde su lugar ayuda a mejorar una idea.
Desde hace un tiempo se habla mucho de lanube de Internet. Si este concepto se desarrolla en su máxima expresión, ¿seguirá existiendo el pendrive?
Todos los productos tienen un ciclo de vida. Por eso no me molestaría ver que algún día ya no necesitemos el pendrive. De hecho, creo que eso sucederá pronto como consecuencia de la computación en la nube.
De todos modos, para millones de personas el pendrive aún seguirá siendo útil, por ejemplo, para los que no tienen computadora y almacenan en este pequeño dispositivo sus fotos y sus canciones favoritas.
¿A qué se dedica concretamente la firma Picosmos, que usted preside actualmente?
Trabajamos en tres áreas. Por un lado realizamos investigaciones de soluciones de almacenamiento. Por otra parte desarrollamos Bindeclip, un servicio para enviar archivos de cualquier tamaño a una casilla de e-mail, pero sin utilizar un servicio de correo electrónico, por eso garantizamos máxima seguridad en el envío. Lanzamos esto porque el mundo debe prestar atención a la cuestión de la privacidad y a cómo las empresas utilizan la información que obtienen sobre nosotros. Con Binderclip buscamos generar conciencia a través de esta solución que es gratuita, muy fácil de usar y superveloz. Por último estamos investigando cuestiones vinculadas con la robótica, para aumentar la productividad de las empresas. No creemos que los robots reemplacen a los humanos, pero sí que los complementen. Por ejemplo podrían hacer las tareas más básicas para que los empleados realicen las más sofisticadas y, por ende, cobren un mejor salario.
¿El pendrive revolucionó la informática?
Cualquier invento que permita a las personas vivir mejor es importante, pero hay que ser humilde. Y como hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás, no debo quedarme con la anécdota de la invención del pendrive. Ese no es el motivo de mi vida.
¿Cuál es el motivo de su vida, entonces?
El motivo de mi vida es seguir experimentando lo más que pueda para vivir mi propia verdad y mi propia existencia. Es muy difícil ser verdaderamente auténtico con uno mismo, pero eso es lo que quiero de mí. Yo me considero un visionario tecnológico, por eso miro hacia donde van las tendencias y cuáles son los desafíos por superar.