En estos últimos tiempos se nos están yendo los grandes de la música nacional: Mercedes Sosa, Facundo Cabral, Argentino Luna, Hugo Giménez Agüero, Zito Segovia, Tamara Castro, Jacinto Piedra, Nelly Omar, Eduardo Falú… -la pucha- entre otros tantos cultores del arte nativo cuya música y poesía están en el inconsiente colectivo. Ayer murió Raúl Carnota, uno de los grandes creadores y renovadores del folclore nacional cuya obra comenzaron ha conocer los diferentes escenarios del país y ha ser difundida con el advenimiento de la democracia en los ’80 como sucedió con tantos otros artístas después de Malvinas.
Su zamba: «Grito Santiagueño» la cantó el país en las peñas, en reuniones familiares en juntadas de amigos alrededor de una mesa o de un fogón. De él de este maestro aprendimos mucho y otros a partir de él, se sumaron al folklore para fortalecer la identidad nacional y las nuevas generaciones de músicos, cantores y grupos instrumentales o vocales lo tuvieron como uno de los máximos referentes de los últimos 30 años.
Se nos piantó un lagrimón -como dicen los sones del dos por cuatro- se nos fue un notable músico, fiel a su estilo y talento inconfundibles, innovador y estudioso del folklore y de las formas musicales…nos dejó otro de los notables de la música argentina pero en realidad solo se fue de gira porque su música perdurará por siempre en nuestros corazones.
«Cuándo me pille la muerte la viá esperar, cajonenado fuerte el bombo la hago bailar… salamanca llevátela…» decía Salamanqueando pá mi… y salamanca no quiso esperar.
Raúl maestro gracias por tanto arte, lo vamos a extrañar.
*Mario Escobar / “Cielos de Provincia”.