16/06/2014 – El Canciller ratificó que el Gobierno acudirá a la Corte Internacional por el conflicto que generó el aumento de la producción de la ex Botnia. La esposa de Mujica dijo que la relación con la Argentina es como una «renguera no curada».
El aval del gobierno de José Mujica a que la finlandesa UPM – Kymmene aumente un 0,8% su actividad anual en la fabricación de papel sumó un nuevo capítulo a los roces que la Argentina y Uruguay han tenido por la pastera. El canciller Héctor Timerman aseguró hoy que no existe posibilidad de entablar un diálogo e insistió en que se recurrirá a la Justicia internacional.
Tras la advertencia del Gobierno, la Cancillería oriental señaló que está dispuesta a «negociar sin dilaciones». Pero Timerman respondió: «Hace cuatro años estamos negociando con los uruguayos sin lograr un solo avance en ese sentido. La Argentina considera que se han agotado ya todas las posibilidades de seguir dialogando».
En declaraciones a Radio Nacional, el ministro aseguró que está probada la contaminación que genera esa empresa. Afirmó que «el problema es político» y se preguntó «cuál es la influencia de Botnia sobre la realidad uruguaya».
«Nosotros no tenemos problemas con el Uruguay. Creemos que Botnia debe ajustarse a los lineamientos del estatuto del río Uruguay que es claro respecto de la contaminación, y es responsabilidad del gobierno uruguayo que lo haga», agregó.
Desde la otra orilla, la esposa del presidente José Mujica y senadora uruguaya Lucía Topolanskyafirmó que la relación con la Argentina es como una «renguera no curada» y dijo que los conflictos entre ambos países se «solucionan de un modo o de otro».
«Esto es como cuando uno tiene una renguera y el traumatólogo no la puede curar, la va a arrastrar toda la vida», indicó la primera dama. «Un país de las dimensiones de Argentina, la preocupación número uno no es Uruguay; hoy sigue siendo la energética», añadió.
En diálogo con InfobaeTV, el ex vicecanciller Andrés Cisneros criticó el modo en que el Gobierno ha llevado adelante el problema. «Vivimos gobernados por gente que ha hecho del conflicto su forma de hacer política. Se ha convertido una cuestión ambiental en una causa nacional», observó.
Cisneros indicó, además, que el conflicto se podrá agravar en la medida en que las pasteras argentinas –aseguró– contaminan más que la ex Botnia, y que tanto Uruguay como Brasil y Paraguay planean instalar nuevas pasteras en el futuro. «Si no paramos el proceso, nos engañamos con el árbol y no vemos el bosque».
En tanto, los asambleístas de Gualeguaychú anunciaron que esperan que el gobierno argentino «reconsidere todas las relaciones con el Uruguay» y adelantaron que evalúan acciones de protesta «que irán creciendo en la medida en que no lleguen las respuestas». (EFE – Télam)