Junto con la santafesina Klug, Ana Gallay logró el pasaje al Beach Volley Olímpico en Río de Janeiro, Brasil.
Gallay y Kluj lograron el gran objetivo del año y se metieron en los JJ.OO.
10/06/2016 – La entrerriana Ana Gallay y la santafesina Georgina Klug lograron un triunfo clave en el Circuito Mundial de Beach Volley y se clasificaron a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. En la madrugada del pasado viernes las jugadoras argentinas derrotaron por 21-12, 17-21 y 18-16 a las estadounidenses Sweat y Fendrick en el Major que se disputa en la ciudad de Hamburgo, alcanzaron los octavos de final de la competición y consiguieron su tan ansiado boleto a la cita más importante del deporte internacional.
Las Guerreras, como las bautizaron, que se colgaron la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, sumaron los puntos necesarios en este certamen y se quedaron con una de las 15 plazas que la Federación Internacional (FIVB) reparte para la cita olímpica por ranking.
En la madrugada argentina, la dupla nacional logró una enorme victoria ante Sweat/Fendrick, de Estados Unidos por 2-1 y así avanzó a una nueva ronda en Hamburgo. Además, como perdieron Rusia y China, dos de sus competidoras por una plaza para los Juegos Olímpicos, el sueño de llegar a Río ya es una realidad.
La parada no era fácil ya que enfrentaban a una de las duplas protagonistas pero Ana Gallay y Georgina Klug festejaron 2-1 ante las estadounidenses 21-12, 17-21 y 18-16. Así, se metieron entre las 16 mejores duplas de este torneo Major en Alemania. Sus próximas rivales serán Juliana/Lima de Brasil.
Gallay y Klug habían salido a la cancha en Hamburgo con plena conciencia de la importancia de este partido, porque las duplas que compiten también para llegar a Río ya habían jugado y sido eliminadas. Las rusas, quienes también tenían un cruce muy duro, no tuvieron lugar para el batacazo y perdieron ante las italianas Menegatti-Orsi en sets corridos, mientras que las chinas estuvieron más cerca, pero sucumbieron en el tercer set a manos de Meppelink-Van Iersel de Holanda.
Por eso, el esfuerzo argentino valió la pena por donde se lo mire, como un pasaporte gigante hacia los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el máximo objetivo que se había propuesto la dupla Albiceleste.