Verdad y justicia – Marcha por la muerte del recordado Fabián González

Como estaba previsto se realizó la Marcha por verdad y justicia por el recordado Fabián González, vecino de Barrio San Isidro de Larroque, al cumplirse un año y ocho meses de su extraña muerte. La columna de más de un centenar de personas -conformada por familiares, amigos, vecinos,-  se inicio pasada la hora 17;30 desde la plazoleta del Hospital San Isidro Labrador. Su hija Fabiana González, su abuela, -madre de Fabián- entre otros familiares y afectos lideraron e iniciaron el paso portando coloridas pancartas, carteles que dieron testimonio del reclamo de justicia.

Luego la columna tomó un tramo de calle Pte. Perón, para luego doblar por Bv. Antártida Argentina.
Instantes después bordeó la rotonda, cruzó las vías del ferrocarril y continuó por Av. Urquiza y doblar por la céntrica 9 de Julio. Allí la marcha pasó por las puertas de la Comisaría local mostrando su emotivo reclamo para tomar luego Caseros y concluir en Plaza San Martín. El clima cabe destacar no fue obstáculo -viento, frío- para frustrar la asistencia a la vez que la mayoría de los medios locales captaron todo al instante sumándose al compromiso.

Una vez en la Plaza la gente en respetuoso silencio se condujo hasta el centro del espacio verde -al lado del escenario- donde Fabiana G. su hija, manifestó breves pero sentidas palabras a los presentes, reiterando el reclamo de justicia al tiempo que agradeció profundamente el acompañamiento de todos.

Es preciso recordar que la muerte de Fabián González, se produjo días después de padecer extrañas circunstancias que no fueron debidamente esclarecidas. Estuvo internado en grave estado hasta que se produjo su desceso después de haber sido agredido por al menos dos personas en su propio domicilio. Al lograr salir de la vivienda -muy golpeado aseguran sus familiares- en principio en busca de ayuda se desplomó en la calle y nunca recobró su estado de salud. A su vez aseguran Fabián G. había recibido agresiones y robos de algunas de sus pertenencias pero que al parecer no fueron denunciadas ante las autoridades policiales.

La justicia ordenó en su momento la correspondiente autopsia cuyo resultado reveló que F. González, murió de un aneurisma que no satisfizo y que rechazaron sus familiares. Los supuestos agresores -dicen sus familiares- se aprovecharon siempre de un hombre indefenso puesto que padecía una adicción, una acción inmoral propia de marginales.
Para reflexionar -a pesar del horario- fue una pena observar el poco acompañamiento de la sociedad, puesto que nadie está excento de padecer un delito similar en estos tiempos -contra un hijo o un familiar- mientras haya gente libre que debería rendir varias cuentas ante la justicia.