*Ayer jueves 19 de junio se conmemoró un nuevo Aniversario, el 250º del nacimiento de José Gervasio Artigas. La Vida de este hombre estuvo directamente vinculada a la historia de una región -que incluía a la provincia de Entre Ríos- que lo nombrara Protector. Ese fue el momento más importante en la vida política de Artigas. Por el nacimiento de Artigas se impuso el 19 de junio como Día de la Bandera de Entre Ríos, aunque bien vale señalar que mediante el Decreto N° 879 del 5 de marzo de 1987, del gobernador Sergio Montiel, declaró Bandera Oficial de la Provincia de Entre Ríos, a la Bandera con franjas y colores idénticos a la Nacional, cruzadas por una franja roja en diagonal. Era la Bandera “Artiguista”, ad optada por Francisco “Pancho” Ramírez.
Pero en el mes de Junio, además de recordarse la fecha del nacimiento de Don José, debemos recordar otras dos fechas que fueron el comienzo de la derrota total artiguista.
El 13 de junio de 1820, Artigas y Ramírez ya enfrentados, chocaron en la Batalla de “Las Guachas”, cerca del Río Gualeguay -Departamento Tala)- batalla que Francisco Ramírez, juzgó de resultado indeciso y Artigas como un triunfo propio. Ramírez, logró rehacerse gracias a las tropas y las armas que el gobierno de Sarratea, le proporcionó desde Buenos Aires, al mando del comandante Lucio Mansilla.
El 24 de junio de 1820 se produjo la Batalla de la Bajada del Paraná, también mencionada como Batalla de “Las Tunas”. Los jinetes de José G. Artigas, fueron llevados por dos veces hasta las filas de la infantería y fueron destruidos. Finalmente, los coroneles López Jordán, Gregorio Píriz, Pedro Barrenechea y Juan León Solas atacaron de lleno el campamento de los correntinos, misioneros y orientales, obligándolos a huir. La batalla de Las Tunas había sido decisiva. Artigas, era ahora perseguido y debía huir. Libró otras batallas, algunas en suelo correntino, pero con resultado adverso.
Artigas, puede aprovechar el ofrecimiento de amnistía con que lo benefician las autoridades portuguesas por esos días, siempre que admita confinarse en Río de Janeiro. Tampoco aceptó el ofrecimiento del cónsul norteamericano en Montevideo para trasladarse a Estados Unidos. Prefiere internarse en el Paraguay. Escribe al dictador de Paraguay, el Dr. Francia, solicitándole asilo.
Nada quedaba por hacer. A los 56 años de edad, el Protector de los Pueblos Libres, decidió licenciar a ese fantasma de ejército, 400 harapientos orientales emperrados en su Libertad. Cuando ordenó romper filas, nadie se movió: en pómulos aindiados corrían lágrimas y las bocas de los morenos se torcían en la mueca del llanto. En un botecito se dirigió a Mandisoví, al noroeste de Entre Ríos donde estaba Melchora Cuenca, con sus dos hijos.
El 5 de septiembre de 1820 cruzó el río Paraná por Candelaria, con un centenar de fieles. Desnudo de todo bien material, entró el protector de los Pueblos Libres en una tranquila agonía que duraría 30 años, cabalmente hasta el 23 de septiembre de 1850. Siempre acompañado por el fiel Ansina…