Por Sergio Rubin – El encuentro fue «en tono cordial» y se adelantó para evitar el asedio periodístico. La misión eclesiástica fue encabezada por monseñor Arancedo. Los obispos, en el texto, habían hablado de un país «enfermo de violencia».
La presidenta Cristina Kirchner analizó esta tarde «en tono cordial» con el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, el duro documento que los obispos
difundieron el viernes pasado, en el que afirmaban que el país «está enfermo de violencia» y la corrupción pública y privada «es un verdadero cáncer social». Así lo revelaron a Clarín fuentes seguras, quienes dijeron que la reunión se realizó antes de lo que se había dejado trascender -inicialmente se dijo que sería a las 19-, presumiblemente para evitar el asedio periodístico. El hermetismo fue tal que ni siquiera se precisó si se realizó en Olivos o en la Casa Rosada.
Las fuentes dijeron que la reunión fue concertada entre la secretaría de Culto de la Nación, que encabeza Guillermo Oliveri, y la secretaria general del Episcopado, a cargo de monseñor Enrique Eguía Seguí.
0Tanto Oliveri como Eguía Seguí y el vicario general del arzobispado porteño -segundo del cardenal Mario Poli-, monseñor Joaquín Sucunza, también participaron del encuentro.
El pronunciamiento eclesiástico –que había sido elaborado por el plenario de obispos que deliberó al semana pasada en Pilar- suscitó malestar en el oficialismo. La propia presidenta negó que el país esté “enfermo de violencia” acusó a quienes blanden ese concepto –no quedó claro si a los obispos o a los diarios que titularon con ese concepto- de “buscar el enfrentamiento”.
Antes que la presidenta, la agrupación kirchnerista La Cámpora por boca de dos de sus conspicuos miembros también cuestionó el pronunciamiento. Dijo que, en realidad, mucha violencia hubo en el ’55, en el ’76, en el ‘89 y en 2001.
Finalmente se ignora si la Presidenta convocó a los obispos o si estos pidieron el encuentro. El sábado, Arancedo dijo al diario La Nación que siempre estaba dispuesto a encontrarse con la primera mandataria.