En los últimos días se conocieron datos de un registro de accidentes viales que confirman que desde 2008 en la Argentina decreció el número de siniestros y especialmente de muertes. Pero lo cierto es que durante el último mes de diciembre –sobre todo en las fiestas- se produjeron gravísmos accidentes en diferentes rutas del país con saldos trágicos. En ese sentido recordamos el fallecimiento de cinco jóvenes en un choque en Santa Fe, la autovía 14 fue escenario de otro accidente con cuatro muertos y heridos el último domingo entre otros varios tristes episodios.
Si bien es cierto que existen situaciones fatales –animales sueltos- en prácticamente todos los casos siempre hay abuso de confianza, descuidos y sobre todo negligencia en rutas del país y calles de ciudades y localidades. Las Altas velocidades que muchos conductores imprimen a sus automóviles -de última generación- dá escozor y las rutas, autovías o autopistas encierran sus peligros. Hundimiento de la cinta asfáltica, pozos, altas o irregulares banquinas, espejos de agua los días de lluvia, son trampas que pueden desestabilizar cualquier rodado con consecuencias lamentables, como viene sucediendo en las últimas semanas.
La pregunta es, aquellos conductores que se movilizan a altas velocidades que pensarán cuándo conducen para arriesgar la vida de familiares, amigos y la de terceros. En principio hay exceso de confianza; ¿Qué me va a pasar mi? A mí no me puede suceder! frases que lamentablemente siguen escuchándose…El asunto es que nadie está excento de protagonizar un accidente en rutas, caminos o calles por cualquier tipo de causa.
La confianza mata al hombre reza otra frase; aquellas personas que cumplen tareas en oficios riegosos como el trabajo en alturas –antenas, podas de árboles,construcción edificios,- o en el manejo de máquinas en pymes o fábricas admiten que cuándo se iniciaron en la actividad tomaban todas las precauciones; pero después con el correr del tiempo ganan confianza y comienzan a hacer caso omiso a ciertas advertencias poniendo en riesgo su integridad física. Algo similar sucede con muchos conductores que primeramente circulan o viajan cumpliendo todas las normas como la de velocidad máxima y un día por exceso de confianza y negligencia rompen las mismas. Hablar por celular manejando en ciudades y rutas es algo que a diario se observa sumado a que a muchos conductores les incomoda el uso del cinturón de seguridad mientras que la mayoría de los acompañantes del asiento de atrás no se los colocan o lo hacen ante la cercanía de un control o caminera.
También están aquellos prudentes que cumpliendo con todas las reglas al conducir fueron sorpresivamente colisionados por otro conductor alcoholizado o que simplemente se durmió perdiendo el control de su auto como se ha visto en la tv. No obstante volcar o chocar a más de 150 km/h pocas, muy pocas son las probailidades de salvar la vida a pesar de los cinturones y el sistema de airbags.
A su vez también es cierto que el parque automotor es enorme y sigue creciendo y que el circular de camiones y transportes es peligroso; pero al parecer había mayor prudencia de los conductores cuándo únicamente había rutas y caminos alternativos. No se puede entender el número de accidentes –vuelcos, despistes,- que se vienen registrando en autovías o autopistas de diferentes lugares del territorio nacional con datos escalofriantes de muertes. Considerar que suman miles las familias destrozadas por aquellos afectos que murieron en el país por las causas antes expuestas y otras que sin duda quedan en el tintero- y que a pesar de los controles preventivos somos hijos del rigor. En tanto las motos son un tema aparte e importante para analizar.
Al subir y conducir cualquier tipo de automóvil o transporte hacia cualquier destino, seámos concientes, prudentes, estemos atentos, sin distracciones, circular a velocidad reglamentaria y así evitaremos historias desgarradoras o formar parte de tenebrosos registros que son solo fríos números de una triste estadística.
Y recordar que siempre alguien piensa en nosotros, en nuestra seguridad y nos espera… (Portallarroque *M.E.)
La pregunta es, aquellos conductores que se movilizan a altas velocidades que pensarán cuándo conducen para arriesgar la vida de familiares, amigos y la de terceros. En principio hay exceso de confianza; ¿Qué me va a pasar mi? A mí no me puede suceder! frases que lamentablemente siguen escuchándose…El asunto es que nadie está excento de protagonizar un accidente en rutas, caminos o calles por cualquier tipo de causa.
También están aquellos prudentes que cumpliendo con todas las reglas al conducir fueron sorpresivamente colisionados por otro conductor alcoholizado o que simplemente se durmió perdiendo el control de su auto como se ha visto en la tv. No obstante volcar o chocar a más de 150 km/h pocas, muy pocas son las probailidades de salvar la vida a pesar de los cinturones y el sistema de airbags.
Al subir y conducir cualquier tipo de automóvil o transporte hacia cualquier destino, seámos concientes, prudentes, estemos atentos, sin distracciones, circular a velocidad reglamentaria y así evitaremos historias desgarradoras o formar parte de tenebrosos registros que son solo fríos números de una triste estadística.