*En menos de dos semanas YPF volvió a aumentar los combustibles y lleva un ocho por ciento en 2018. Temen que las otras petroleras imiten el aumento y replique en la inflación.
06/02/2018 – La Petrolera bandera volvió a aumentar los combustibles en lo que significa un segundo aumento en menos de dos semanas. El incremento rondará los 3,5 por ciento y se teme que las otras empresas imiten la suba. Es el cuarto aumento luego de que el gobierno nacional libere el precio y lo deje en «manos del mercado».
La última suba de los combustibles de la petrolera YPF había sido el pasado 24 de enero, cuando ajustó un 4,5 por ciento, por lo cual el acumulado en lo que va del 2018 ya alcanzó el 8 por ciento.
Estos aumentos se dieron a pesar de que el barril del crudo Bent cayó siete veces en las últimas nueve ruedas. Este aumento volverá a impactar en los distintos sectores, por lo que se prevé que impactará en la inflación total.
En menos de dos semanas YPF volvió a aumentar los precios de los combustibles. A la espera de una reducción de 10 por ciento en el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC), la petrolera estatal decidió remarcar las planillas en las estaciones de servicio por cuarta vez desde la liberación del precio ordenado por el Gobierno nacional.
Según se pudo confirmar, el incremento ronda el 3,5 por ciento. La nafta Premium, la que más creció su consumo, pasó de 27,33 a 28,29 pesos el litro (+3,51 por ciento). La versión Súper trepó de 23,57 a 24,39 pesos (+3,48 por ciento), mientras que el Gasoil Premium (Diesel Infinia) aumentó de 24,22 a 25,07 pesos (+3,50 por ciento) y el económico de 20,79 a 21,52 pesos (+3,51 por ciento).
En el interior del país, el litro de la Premium se paga por encima de 30 pesos. El porcentaje en Santa Fe alcanzó 3,9 por ciento. En Córdoba se paga 30,54 pesos el litro de Infinia y el tercer aumento en dos meses suma 15 por ciento, publicó Ámbito.com.
YPF había aplicado el último tarifazo el 24 de enero pasado, cuando ajustó 4,5 por ciento promedio los precios. En la comparación con enero de 2017, los combustibles ya se encarecieron hasta 43,2 por ciento. Los motivos de ese porcentaje son varios, pero se destacan el incremento del valor internacional del crudo y la devaluación del peso, que saltó de 18,50 pesos en diciembre último a un margen estabilizado de entre 19,60 y 19,80 pesos, por encima del previsto en el mercado petrolero.
Cabe señalar que este última readecuación de YPF no se corresponde con un aumento del barril de crudo Brent, ya que en las últimas nueve ruedas cayó siete veces, hasta cerrar el lunes a 66,53 dólares.
Fuentes del sector informaron que la principal motivación de la compañía que preside Miguel Gutiérrez fue un «guiño» al Poder Ejecutivo. Se reveló que antes de aumentar los precios el 24 de enero pasado, YPF pidió al Ministerio de Hacienda una rebaja inmediata del 10 por ciento en el ITC.
Es decir, antes de que se pase al nuevo esquema previsto por la reforma impositiva que se pondrá en vigencia desde el 1 de marzo. «Le hicimos una propuesta al Gobierno con la intención de beneficiar a nuestros clientes para que cada vez que haya una vicisitud como la de ahora (aumento del tipo de cambio y aumento del crudo) no sea absorbida por el usuario», indicaron fuentes de la petrolera a este medio.
Por la nueva ley que se aplicará desde marzo, el ITC sobre las naftas será de 6,726 pesos y el gravamen a la emisión de dióxido de carbono 0,412 pesos. Para el gasoil, 4,148 y 0,473 pesos respectivamente. La rebaja del 10 por ciento que reclama YPF se aplicaría sobre 6,726 pesos en naftas, o sea 0,6726 pesos, y sobre 4,148 pesos en gasoil, 0,4148 pesos menos. A la espera de esa decisión, hoy en manos de Juan José Aranguren, YPF volvió a remarcar.
El ministro de Energía había dicho la semana pasada que en caso de una «crisis», el Gobierno nacional puede bajar 10 por ciento o subir 25 por ciento el ITC, según se disparen los valores en los surtidores. En esa misma entrevista, había afirmado que YPF concentra el 58 por ciento del mercado y que una opción para fomentar la competencia hubiera sido privatizar en dos partes la petrolera de bandera.
Este aumento provoca dos temores inminentes: que las otras compañías imiten la suba en los próximos días y que la suba del gasoil dispare los costos del transporte de carga y de la actividad agropecuaria. Según los últimos datos oficiales, en 2017 sólo disminuyó el consumo de gasoil grado 2, que es el destinado a estos rubros.
Con un dólar entorno a 20 pesos y con 5 por ciento menos de retención a la soja, los productores se sentían cómodos para operar al exterior, con amplio margen de ganancias, pero ahora podrían volver a presionar sobre la divisa para lograr una nueva tendencia alcista, que compense esta suba de combutibles. (Agencias nacionales)
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