Una tradición larroquense que comenzó allá por el año 2000, con un grupo de músicos que gentilmente se dispusieron a brindar su música sobre un acoplado a modo de serenata navideña y despedida de año, como en otras épocas, aunque era diferente, guitarra y acordeón visitando algunos hogares, hasta que se quedaban haciendo bailanta en donde se cuadre. (Fotos Silvina Glez.)
Esta particular idea -el último lunes- que ya es una costumbre en los larroquenses que se realiza los últimos días del año para los vecinos que esperan afuera de sus hogares para agradecer, aplaudir y obsequiarles algún regalito. Una costumbre hecha tradición que promete continuidad y sea un compromiso social el aporte y colaboración para que estas tradiciones no se pierdan o pasen al olvido en nuestra ciudad. Felicitaciones y seguir. (Surer)