*En esta jornada tan especial desde este diario digital, les deseamos de todo corazón un Muy Feliz Día del Padres, a todos nuestros amigos lectores. A modo de regalo compartimos con uds. esta poesía en homanaje a su padre de un poeta y glosista de Larroque:
«Labrador de Sueños»
(Virgilio Fiorotto)
*Como homenaje a todos los padres, lo que escribí para el mio
«LABRADOR DE SUEÑOS»
( A mi padre)
Labrando la tierra gastaste tu vida
tal cual el arado su reja gastó
Pasaste tu vida con penas y glorias
y el sol de los tiempos tu huella surcó.
Señor de los campos, con la frente altiva trenzaste los sueños con gran devoción. Al clarear el alba soñaste aventuras que fueron disueltas cuando amaneció.
Cuando al medio día toda la familia se reunió en la mesa, tendido el mantel, tu fiel compañera presentó los platos con los frutos propios que dio tu vergel..
Tu escuela fue pobre, pero asimilaste todo lo que el mundo te puso al pasar, un libro, un cuaderno, un mapa, una historia con su aprendizaje te hicieron capaz.
Superando el drama de esa poca escuela mezclando tu vida con la sociedad, buscaste cultura para trasmitirla a todos tus hijos que vamos de tras.
Cuantas ilusiones te frustró la vida. Tu fe inquebrantable no se doblegó. Con esa esperanza que marcó tu meta tu inspirado acento se fortaleció.
El paso del tiempo te fue apaciguando. Con todo derecho ganaste la paz gozando el descanso de tu vida austera y te fue ganando la tercera edad.
Las tardes de otoño te hicieron poeta en anonimato, porque era tu ideal. En las luchas bravas de la democracia fuiste un baluarte de la libertad.
Te inspiró esa musa que fue nuestra madre con ella a tu lado tu alma se agrandó y así fueron nueve las lunas que un día volamos al mundo por gracia de Dios.
Hoy multiplicados y andando a la brega llevamos tu signo sobre nuestro ser y con gallardía lucimos la estirpe de dos que se unieron con todo placer.
Cumplido tu siclo te llamó El Eterno y sin inmutarte pasaste el portal. Tu esposa y amiga, ideal de tu vida, en muy corto plazo te fue a acompañar.
Tal vez desde el cielo nos marcan el rumbo. Quien sabe que estrella se ganó el laurel. Cuando la nostalgia me invade las horas me alumbra esa imagen y me pongo bien.
Ha pasado el tiempo; escribo estos versos porque era una deuda, porque era un deber. Te debía esta prosa, que es mi sentimiento, y hoy quiero pagarla con sumo placer.