Consumo & Ahorro – Es el ritmo más alto en 10 años. Entre enero y julio, la cantidad de instalaciones aumentó 50%. Los talleres trabajan al tope de su capacidad. La clave: se gasta hasta un 75% menos que con la súper. (Por Martín Grosz)
Seis veces subieron las naftas este año. Los precios que hoy brillan en los surtidores son 40% más altos que los de fines de diciembre. Un litro de súper, en Capital, ya se paga casi $ 12. Y esta realidad, donde llenar un tanque no baja de $ 600, está haciendo que cada vez más argentinos busquen un alivio instalando en sus autos equipos de Gas Natural Comprimido (GNC). Una inversión que al inicio es costosa, pero que luego, al circular, baja el gasto en combustible un 75%.
Entre enero y julio, más de 128 mil vehículos nafteros o diésel se convirtieron a GNC, 49,1% más que un año antes. La tendencia se aceleró a partir de abril, cuando el promedio de instalaciones mensuales llegó a 20.500. Es decir, casi 700 por día, el ritmo más intenso desde 2003, según estadísticas oficiales difundidas por el portal especializado NGV Journal .
Con ese impulso, el país superó en mayo la marca de 1.600.000 vehículos habilitados para cargar ese combustible alternativo.
La cifra es la más alta en tres décadas de historia del GNC en Argentina, y todo indica que seguirá creciendo. Así lo prevén, al menos, los empresarios del sector, que hoy ven sus talleres colmados y, en algunos casos, dan turnos recién en 10 o 15 días.
“Veníamos recibiendo 2 o 3 coches al día. Pero, desde que la nafta empezó a subir tanto, el promedio pasó a 4 o 5. Estamos trabajando a capacidad completa”, comentó Gustavo Gómez, dueño de MacroGas, una firma que hace conversiones en Villa Urquiza. “Lo atribuimos –agregó– a que cargar GNC es mucho más barato y a que, en contextos de crisis, la gente busca formas de achicar los gastos.” Hugo Lamy, titular de la Cámara de Productores de Equipos de Gas (Capec), confirmó que “hace ya dos años que la demanda viene aumentando sistemáticamente”. Este año, según estiman, se podría llegar a las 200.000 conversiones.
Los equipos más vendidos son los de “quinta generación”. La conversión se resuelve en el día. El precio del kit, con la instalación,va de $ 10.000 a $ 15.000 para coches de gama media. Pero la promesa es que, en poco tiempo, el ahorro permite recuperar esa inversión.
Sucede que, al andar, cada metro cúbico de GNC rinde algo más que un litro de nafta (la relación es de 1,13). Y la brecha de precios es enorme. En Capital, un litro de súper de YPF cotiza a $ 11,45, y un metro cúbico se paga casi a $ 3.
Con lo cual, al pasarse al gas, se puede recorrer una misma distancia pagando un cuarto del costo, y hasta 80% menos si se usaba nafta premium. Para un viaje de 100 kilómetros, el ahorro con GNC es de al menos $ 88. Un ritmo de ahorro que hace recuperar el valor del equipo en los primeros 10.000 a 15.000 kilómetros.
Aproximadamente, cerca del año.
“El ahorro de usar GNC en comparación con la nafta súper ha aumentado significativamente en el último año. Eso hizo más atractiva la conversión a GNC, pese a que el equipo se encareció y hacen falta más kilómetros para amortizarlo”, dice un informe de la consultora abeceb.com, según el cual el precio más bajo del gas es hoy “el principal impulsor de las conversiones”.
“La gente ve el posible ahorro y eso ayuda. Pero también los equipos avanzaron: hoy son mucho más confiables. Y se están instalando con buen desempeño en coches de alta gama”, añadió Lamy.
Al decidir, hay que considerar los aspectos menos simpáticos del GNC. “El gas reseca los cilindros y puede acelerar el desgaste del motor. Al acelerar, puede haber una respuesta menor. Pero los sistemas más nuevos reducen estos efectos y el ahorro es alto”, analizó Juan Gastón Tost, director del Instituto Americano de Motores.
Otros puntos son que, al adoptar GNC, se pierde espacio en el baúl y hay que cargar el tanque más seguido, en una red de estaciones de servicio más reducida. Además, cada año se paga un control obligatorio ($ 200 a $ 300). Y cada cinco años, una prueba hidráulica ($ 600 a $ 800, según la provincia).
Aún así, la ventaja para el bolsillo está pesando más y las adecuaciones no paran. En el mundo, Argentina es el cuarto país con más coches convertidos al GNC (ver “Conversiones…”), delante de Brasil y La India. Sólo son más en Irán, China y Pakistán.