Política Larroque – Pensamiento, opinión del P.J. local

thumbnail_logo-unidad-basica-larroqueImagen y semejanzas
Cuenta la leyenda que cuando Aquiles nació, su madre quiso hacerlo inmortal, lo tomó con sus dedos del talón y lo sumergió en las aguas del rio Estigia, logrando la invulnerabilidad del niño en todo su cuerpo, a excepción del talón por donde su madre lo había sujetado, convirtiéndose éste en su único punto vulnerable.
De aquí surge la frase “talón de Aquiles” para referirse a cierta debilidad de alguien o algo, todos tenemos puntos débiles que nos hacen vulnerables ante los demás, como personas o como sociedad, y es sobre este concepto donde parte de la política trabaja, desde que la comunicación ha pasado a ser lo más relevante. Hay que ser conscientes que en los tiempos que corren esta característica se ha acentuado aún más, sin otro objetivo que el control de la opinión pública.
Temporalmente se ha dejado rezagada la política real, esa que está en la calle, en el trabajo, esa que atraviesa nuestras vidas desde la salud a la educación, la que sentimos en el bolsillo día a día, para pasar a una política de imagen, de redes, una política de spots publicitarios, de perfiles y de 140 caracteres. Son los tiempos que mandan, y como sentenció Darwin, palabras más palabras menos, no son los más fuertes los que sobreviven sino los que mejor se adaptan, premisa que obliga a replantear la forma de hacer política, que no sería otra que la forma de hacer comunicación.
Todo esto bien organizado y con las herramientas necesarias, permite formar un partido, sin militancia, sin la calle y te lleva a ganar elecciones, a derrotar a los oponentes más fuertes. Lo vimos y vivimos en las últimas elecciones, donde la coalición vencedora explotó al máximo esta metodología, haciéndose de una victoria casi sin transpirar la camiseta, sin caminar las calles ni recorrer las provincias. Haciendo todo desde un bunker en Capital Federal, con una campaña mediática abrumadora, que giró en torno a la desacreditación y no a las propuestas, vendieron la idea de que traerían una Argentina feliz, alegre, donde había que sacar a los tiranos del poder, a las brujas y demonios que hacían nuestras vidas horripilantes.
Ahora bien, estos análisis ya fueron hechos por propios y ajenos, la actualidad dice que la comunicación sigue al tope de la demanda del ejecutivo, tanto nacional como local. Y esta necesidad surge de una simple ecuación, estamos peor, pero hay que convencer que vamos a estar mejor, ¿les suena “estamos mal, pero vamos bien”? No hay que ser necios, todavía tienen ese poder de recurrir a los medios masivos de comunicación, lanzar exitosamente esta campaña y convencer de que tenemos que aguantar la recesión y el ajuste feroz, que es consecuencia de la herencia y por lo tanto, inevitable. Mientras, los grandes capitales hacen sus negocios y es el Estado quien solventa las ganancias remitidas al exterior, vaciando las arcas estatales y volviendo a un vertiginoso endeudamiento público.
Entonces ¿se cambiará el rumbo económico?, el panorama no es alentador en un mundo que tiembla, los indicadores macros vienen en picada, aumento de la deuda, aumento del déficit fiscal, aumento de fuga de capitales, caída del poder adquisitivo, caída del consumo, apertura indiscriminada de las importaciones (viene al recuerdo la propaganda dictatorial de la silla rompiéndose) Por eso el tan mentado segundo semestre nunca llegó, porque la retirada del Estado del control de la economía trae los abusos propios de un sistema neoliberal y es el salario de las clases trabajadoras y el trabajo de las pymes quienes sufren semejante descalabro.
Cuando la política se subordina al marketing, a la imagen, a la comunicación exclusivamente, y cuando no se acompaña con política real, aquello que hizo fuerte a los ganadores, lo que convenció e hizo que ganaran una elección, se convierte en cimiento de arena. La alianza de CEO’s y el radicalismo que gobierna actualmente, fue tomada por los mass-media y sumergida en el río de la invulnerabilidad, pero cuando no se responde a las expectativas ni a las promesas de campaña, cuando no se trabaja, no se gestiona, y las soluciones y respuestas no llegan, la imagen creada, el mayor capital político de esa alianza, cae precipitosamente, he aquí su talón de Aquiles.      
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