10/06/2014/ – La institución en su conjunto se preparó para recibir a sus 807 alumnos. Directivos, docentes y personal se unieron para generar condiciones en las que cada chico pueda contar lo que siente.
La directora Silvia Smith de Rojas casi no podía hablar, pero sacó fuerzas y se puso al frente de la situación por la que atraviesa la escuela Primaria Del Centenario. “Mañana –por hoy– es un día clave”, dijo a UNO al costado su despacho.
La institución tendrá una de las jornadas más difíciles de su historia: recibirá a sus 807 alumnos después del accidente del viernes. Es un desafío que tienen por delante y por eso los directivos, docentes y el personal tuvieron una instancia de reflexión junto a psicólogos y psicopedagogos. Se unieron y acordaron criterios, se expresaron, se abrazaron y se pusieron de pie. Están dispuestos a generar las condiciones necesarias para que cada chico pueda contar lo que siente.
Los pasillos estaban vacíos. En el portón de la entrada aún se veía pegado un cartel, hecho en computadora, donde se leía: “El día de hoy, 6 de junio de 2014, no se dictarán clases por duelo”. El silencio de cada rincón se rompía por los golpes de los martillos de una obra enfrente, por Alameda de la Federación, y por las mejoras del comedor de la escuela. Cada tanto, los autos del mediodía cruzaban y el ruido de los motores se metía hasta lo más profundo en las galerías.
En las aulas, todos los adultos de la institución estaban reunidos con el grupo interdisciplinario del Sistema de Atención Integral al Estudiante (SAIE). Con ellos abordaron los sentimientos; un duelo que comenzaron a transitar.
Una de las mayores preocupaciones era cómo hablarle a los estudiantes en cada aula, qué decir, cuál respuesta es la correcta para dar.
El mismo viernes habían decidido que lo mejor era seguir y lograr recuperar el trabajo diario, pero se encontraron con que no podían y no sabían cómo hacer. Decidieron un abordaje profundo, personal y colectivo de la situación.
“Es un tragedia tremenda lo que pasó. Después de pensar cómo seguimos, resolvimos trabajar con los equipos técnicos del CGE y hacer estas jornadas de encuentro; darnos este espacio junto a los profesionales. La escuela sola no podía llevar adelante la jornada de mañana (por la hoy)”, destacó Silvia Smith.
Todos los docentes pudieron hablar y expresar sus sentimientos, como una forma de sacar afuera la tristeza. “Eso nos permitirá recibir a los alumnos y trabajar con ellos la problemática y que todos hablemos de lo que nos pasó. No podemos seguir dando Matemática o Lengua como si no hubiera ocurrido nada. Es una situación grave y la ciudad entera se ha visto afectada. Teníamos que fortalecernos para estar en condiciones de afrontar el encuentro con los alumnos”, agregó.
Habilitar la palabra
Cada docente construyó a su manera la forma de abordar el trabajo venidero aunque los criterios acordados son claros: habilitar la palabra, escuchar a los chicos y lograr que todos puedan responder a las preguntas ¿qué siento? y ¿cómo me siento? Habrá actividades plásticas, de dibujo, lecturas y otras expresiones como herramientas para que los estudiantes puedan expresarse. Además, durante 10 días se harán reuniones con los padres por cada grado para que puedan aportar desde estas perspectivas en los hogares.
Juan Manuel Martínez Zurbano tenía 6 años. Ayer por la mañana en las aulas, los docentes lo recordaron en los momentos de felicidad como cuando se puso un gorro distinto al resto de sus compañeros para el acto del 25 de Mayo, el color y la mochila que llevaba, su manera de hablar y su forma de ser. Todos hablaron de él. “Sus maestras lo recuerdan con mucho cariño. Eso nos ayuda a sanar”, dijo Smith. En la escuela se hablaba en voz baja, como si el volumen normal de cualquier voz fuera de otro momento, para otro lugar. Un hombre barría las galerías y el ir y venir de la escoba por momentos acompasaba el andar de los docentes. Pudieron no haber dicho nada, esperar o tomarse más tiempo para responder a las preguntas de un periodista. Decidieron que lo mejor es contar lo que les pasa, eso que sienten y que hoy transformarán en una herramienta adentro de sus aulas.
Habrá un trabajo múltiple de observación y acompañamiento
Los grupos que pertenecen al Sistema de Atención Integral al Estudiante, y durante toda la semana y el tiempo que sea necesario, se concentrarán en la escuela Primaria Del Centenario junto a los docentes y a los estudiantes en las aulas. Con las actividades que se hicieron ayer por la mañana la institución ganó en tranquilidad.
Hubo maestras que manifestaron que tenían miedo, preguntaban cómo abordar el curso y decían que no estaban preparadas, pero con la dinámica de trabajo de ayer ganaron confianza, así lo manifestó la directora Silvia Smith y agregó: “Recibimos mucho apoyo de autoridades y organismos, de los padres y hasta en las redes sociales nos sentimos acompañadas. Hay gente que ha venido y que se ha puesto a disposición como maestras y directoras de otras escuelas. Eso nos ayuda a sanar. De las jornadas de hoy nos fuimos con cuatro o cinco ideas claras. Queremos decir que mañana (por hoy) vamos a estar”.
El viernes, inmediatamente después del accidente en el que Silvio Díaz mató a Juan Manuel Martínez Zurbano e hirió a su hermano Santiago, las docentes ingresaron a las aulas y se quedaron con los estudiantes. Fue un protocolo que siempre se dijo en la escuela: cada docente siempre junto a todos sus alumnos. Luego se llamó a cada uno de los padres.
“Estaremos atentos a los chicos que no hablan, a aquellos que se queden callados y las docentes tienen por delante un gran trabajo que es observar y acompañar. Nuestro trabajó será múltiple y necesitamos la ayuda de los papás. Queremos contarles todo esto y agradecerles, como así también decirles en qué pueden ayudar”, finalizó Smith.