Entre tanto celeste y blanco me despierto y el sol del 25 viene asomando…Dos ideas vienen a mis neuronas un poco cansadas de lidiar con el patrioterismo barato y lo que realmente debería significar la PATRIA, esa con mayúsculas que hace tanto se perdió.
Siento que los argentinos por nuestra esencia misma ante cualquier intento de arrebato nos surge la Patria, ya pasó con la lamentable gesta en Malvinas, ante una crisis inminente surge la Patria, ante el Mundial de fútbol: NI HABLAR!! Todos o casi todos sacamos de los rincones las escarapelas. las banderas y las cintas celestes y blancas. Es nato de nosotros, emocionarnos con el Himno sobre todo cuando lo cantamos fuera de nuestra tierra, es nato defenderla cuando la critican…pero eso de «que la Patria es el otro» me suena realmente a deseo y hasta a marketing. A uso de ese «instinto» argentino semi dormido que con sólo hurgarlo un poco aparece…No es casualidad que la reconocida «cerveza» use y abuse de los símbolos y el patriotismo a flor de piel de los argentinos: saben donde pegar.
Pero, más allá de los actos públicos donde la Patria es el otro y los cantores populares cantamos las glosas olvidadas de Isella » libertad yo te libero hacés que mi canto vibre porque no quiero ser libre ni tampoco prisionero ay de mi!»sabemos que muy lejos estamos de ser nacionalistas de verdad, al menos eso es lo que pienso y siento. Hay mucho panfleto y marketing, porque a la hora de las papas son pocos los que van al acto oficial ( me incluyo) y si no fuera por los docentes que concurren casi por obligación y los alumnos abanderados que tambien asisten por evitar una inasistencia, la plaza del 25 estaría desierta.
Quizá las autoridades de turno, que también asisten por obligación, estarían en el palco reinventando un discurso sacado de los manuales relatando el cuadro histórico que nos contaron en la escuela: el cabildo, los paraguas y los vendedores ambulantes. Palabras casi siempre ilustrativas y poco comprometidas o palabras que se usan para convertir el acto patrio en un acto político. En fin… todos tenemos que hacernos un mea culpa en este día que muchos confunden «con el día de la independencia» porque les quedó la duda desde la primaria y nunca se atrevieron a volver al Kapeluz para establecer la diferencia entre 1810 y 1816.
La subversión de Valores no escapa a estos acontecimientos: el respeto por los símbolos, la emoción al cantar el himno, el interés por asisitir a los actos, el pequeño gesto de lucir la escarapela o embanderar el frente de las casas se ha perdido. Seguramente todo tiene una explicación y una causa o quiza múltiples causalidades, no pretendo encontrarlas ni buscar culpables al deterioro del sentimiento patriótico pero si quiero compartir la reflexión con mi generación que quizá sienta lo mismo.
Les deseo un Felíz Día de la Patria y los invito a lucir la Bandera en el frente de sus casas, si encuentran la escarapela a ponersela en el pecho pero sobre todo los invito a quererla a defenderla y a honrarla siempre desde el lugar que ocupen y desde donde estén, porque la Patria es el otro, pero más que nada la Patria somos todos.