Neófitos en tecnología: ¿Qué es Bitcoin?

Por Ing. Marcos Tonina para PortalLarroque.com.ar

En la era digital da la sensación de que casi no hay nada por inventar aún, aunque día a día surgen nuevos conceptos y artículos que sorprenden a más de uno. Un cabal ejemplo de ello es el llamado “Bitcoin”, cuya traducción sería algo similar a “moneda de bit”. Probablemente alguno de ustedes haya escuchado al pasar este término, ya sea en un foro, en un canal de noticias que recientemente se haya hecho eco de alguno de sus vaivenes comerciales, o por medio de alguna charla de café o respiro laboral. Ahora ¿qué es el Bitcoin? En el presente artículo haremos una pequeña introducción hacia esta moneda digital que intenta cambiar el ángulo de algunas transacciones financieras, y que ha provocado ciertos estragos y dolores de cabeza a más de uno, incluso aquí mismo, en nuestro país.

 

El concepto

La idea detrás de Bitcoin es la de una moneda virtual que permita pagar productos y servicios reales. Eso es lo que podemos decir a grandes rasgos. Ahora, ¿cómo crear una moneda virtual? ¿Cómo evitamos el famoso copiar y pegar? Esa es una de las primeras ideas que nos viene a la mente cuando pensamos en billetes virtuales: ¿Moneda virtual? La duplico muchas veces y me hago millonario. No es tan sencillo.

 

Primero lo primero: ¿Cómo se origina?

Bitcoin nació en la cabeza de Satoshi Nakamoto. ¿Quién es este personaje? No sabemos con certeza si es un solo individuo o un grupo de personas. Lo que sí sabemos es que en el año 2008 se publicaron las primeras descripciones (técnicamente, el protocolo) de Bitcoin, bajo aquel seudónimo. No vamos a meternos en detalles técnicos ya que hay mucho material dando vueltas por ahí para los curiosos; simplemente vamos a decir que se estableció una forma de identificar de forma única a cada Bitcoin, manteniendo un registro histórico de dueños y transacciones. Es decir, cada Bitcoin es único, imposible de copiar, y pertenece a una persona cuyos datos pueden ser anónimos para los demás. Para que una transacción se dé por válida, debe ser aprobada por toda una comunidad de usuarios que verifican que todo esté correcto, que la historia del Bitcoin sea la que corresponde, y demás validaciones. Uno puede tender a pensar que este sistema es algo endeble, pero la realidad es que es bastante más robusto que muchos sistemas bancarios, que básicamente usan principios similares.

Bitcoin no representa ningún papel o moneda física; es un valor intangible, representado por códigos y software, que dice algo como “este Bitcoin, de nombre ABCD, pertenece a tal o cual usuario”. Toda una comunidad de personas acepta que es así, sabe cómo lo obtuvo, quién fue el dueño anterior -en caso de que exista- y muchos otros datos que evitan el duplicado o la ambigüedad.

 

¿De dónde salen los Bitcoins?

Esta es una buena pregunta, y se responde ingeniosamente. La forma natural de obtener Bitcoins es por medio de algo llamado mining, y que podríamos describir como una mina de Bitcoins. Una mina, así como existen minas de cobre, plata, oro: existe una mina –virtual– de Bitcoins donde uno puede ir extrayendo sus monedas. Desde luego, el trabajo de minería es lento y arduo, y consiste en poner a trabajar la PC en una serie de problemas matemáticos que llevan gran cantidad de tiempo para resolverse: meses e incluso años. Estos cálculos están hechos especialmente complicados como para asegurarse de que nadie pueda, por más potente que sea su PC, apoderarse de muchos Bitcoins inmerecidamente. De hecho, hay grupos de mineros que trabajan juntos para hacer el trabajo más ágil, y reparten sus ganancias equitativamente. Sumando la tarea de todos los que hoy están extrayendo Bitcoins, se sobrepasa ampliamente la capacidad de los procesadores más potentes hoy inventados: no hay ventaja para nadie.

Además de esto, hay que decir que se estableció que el número máximo de Bitcoins será de 21 millones: jamás pasará esa cifra. Esto hace que como moneda vaya valiendo cada vez más a medida que corre el tiempo. En 2013 ya la mitad de las monedas estaban en manos de usuarios, y se espera que para 2017 estén el ¾ fuera y así sucesivamente, a un ritmo decreciente: era más fácil obtener un Bitcoin hace un año que ahora, y es más sencillo conseguir uno hoy que el año que viene.

Por supuesto que esta pseudomoneda entró en manos de especuladores, que comenzaron a comprar y vender basándose en su precio oscilante, y crearon un mercado cambiario muy volátil. Hoy, por ejemplo, 05 de abril de 2014 está cotizando a algo más de 400 dólares. Ha llegado a estar cerca de los 600, y también ha estado mucho más bajo con pocos días de diferencia. Recientemente un joven de Noruega descubrió que tenía miles de Bitcoins guardados en una cuenta suya, cuya contraseña había olvidado desde hace un par de años; se encontró con que sus monedas valían cerca de 900 mil dólares, cuando las había comprado por unos 24, sólo por diversión.

 

Como resumen podemos decir que el Bitcoin es una moneda digital que posee ciertas “ventajas”: no está regulada por ningún banco, las transacciones se realizan entre persona y persona, sin intermediarios, y se pueden cambiar por dinero real o productos. En el país, por ejemplo, no falta gente que haya apostado al Bitcoin como resguardo de sus ahorros. Sin embargo, es importante destacar que existen algunos riesgos considerables asociados a esta moneda. Recientemente MtGox, uno de los principales operadores de Bitcoin, cerró todas las transacciones debido a que desaparecieron misteriosamente muchos registros. Un robo. Más tarde parecen haber aparecido. Luego de eso hubo muchas idas y venidas, personas estafadas, personas beneficiadas, etcétera. El gran problema es que existe cierto vacío de leyes en esto, ya que no es considerada una moneda legal y no hay entidad financiera que respalde: sólo una enorme comunidad de individuos. Así y todo, Argentina es el país de Latinoamérica que más Bitcoins tiene en circulación, por lo que podemos decir que no es un tema menor por estos lares, aunque siempre resulte prudente mencionar el lema: no invierta en nada en lo cual no tenga la suficiente información. Conviene ser precavidos, por más que ahora sepamos a grandes rasgos de qué estamos hablando.