La Amazonia posee una reserva de agua subterránea con un volumen calculado en más de 160 billones de metros cúbicos, de acuerdo con la estimación de Francisco de Assis Matos de Abreu, docente de la Universidad Federal de Pará (UFPA), dada a conocer durante la 66ª Reunión Anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC), que culminó el pasado 27 de julio en el campus de la Universidad Federal de Acre (UFAC), en la localidad de Rio Branco, norte de Brasil.
Ese volumen es 3,5 veces mayor que el del Acuífero Guaraní, un reservorio subterráneo de agua dulce que abarca territorios de Uruguay, Argentina, Paraguay y fundamentalmente Brasil, con 1.200.000 kilómetros cuadrados (km²) de extensión.
“Esa reserva subterránea representa más del 80% del total de agua de la Amazonia. El agua de los ríos amazónicos, por ejemplo, representa solamente el 8% del sistema hidrológico del bioma, y las aguas atmosféricas tienen aproximadamente el mismo porcentaje de participación”, dijo Abreu durante el evento.
Sin embargo, el conocimiento sobre ese “océano subterráneo”, es todavía muy escaso y debe perfeccionarse, tanto para evaluar la posibilidad de utilización para el abastecimiento humano como para preservarlo, en razón de su importancia para el equilibrio del ciclo hidrográfico regional.
De acuerdo con Abreu, las investigaciones sobre el Acuífero Amazonia empezaron hace tan sólo 10 años, cuando él y otros científicos de la UFPA y de la Universidad Federal de Ceará (UFC) realizaron un estudio sobre el Acuífero Alter do Chão, en el distrito de Santarém (estado de Pará).
Dicho estudio indicó que el acuífero, ubicado en medio del escenario de una de las más bellas playas fluviales del país, tendría un depósito de agua dulce subterránea con un volumen estimado en 86,4 billones de metros cúbicos.
“Nos sorprendieron enormemente los resultados del estudio y entonces resolvimos profundizarlos. Para nuestro asombro, descubrimos que el Acuífero Alter do Chão integra un sistema hidrogeológico que comprende las cuencas sedimentarias del Acre, del Solimões, del Amazonas y del Marajó. Juntas, esas cuatro cuencas poseen aproximadamente una superficie de 1.300.000 kilómetros cuadrados”, dijo Abreu.
Ese sistema hidrogeológico, denominado por el investigador y sus colaboradores Sistema Acuífero Grande Amazonia (Saga), empezó a formarse a partir del período Cretácico, hace alrededor de 135 millones de años.
En razón de los procesos geológicos acaecidos durante ese período, quedó depositada en las cuatro cuencas una extensa cobertura sedimentaria, con espesores del orden de miles de metros, explicó Abreu.
“El Saga es un sistema hidrogeológico transfronterizo, toda vez que abarca otros países de América del Sur. Pero en Brasil se ubica el 67% del sistema”, dijo.
Con todo, una de las limitaciones para la utilización del agua disponible en el reservorio radica en la precariedad del conocimiento concerniente a su calidad, apuntó el investigador. “Pretendemos recabar información sobre la calidad del agua hallada en ese depósito para verificar si es apropiada para el consumo.”
“Estimamos que el volumen de agua del Saga que podrá utilizarse a mediano plazo para el suministro humano e industrial, o para la irrigación agrícola, será muy pequeño, en razón del tamaño de la reserva y de la profundidad de los pozos construidos actualmente en la región, que no superan los 500 metros y tienen un caudal elevado, de 100 a 500 metros cúbicos por hora”, dijo.
A juicio de Abreu, debido a que ese depósito subterráneo representa un 80% del agua del ciclo hidrológico de la Amazonia, urge tenerlo como una reserva estratégica para el país.
“En la interacción entre la selva y los recursos hídricos, asociada al movimiento de rotación de la Tierra, la Amazonia transfiere alrededor de 8 billones de metros cúbicos de agua anuales hacia otras regiones de Brasil. La población que vive acá en la región no utiliza esa agua, que representa un servicio ambiental colosal que presta este bioma al país, toda vez que sostiene al agronegocio brasileño y al régimen de lluvias, éste a su vez encargado de llenar los reservorios productores de hidroelectricidad en las regiones sur y sudeste del país”, analizó.
VULNERABILIDADES…
De acuerdo con Ingo Daniel Wahnfried, docente de la Universidad Federal de Amazonas (Ufam), uno de los principales obstáculos para estudiar el Acuífero Amazonia reside en la complejidad del sistema. Como el reservorio está compuesto por grandes ríos, con capas sedimentarias de distintas profundidades, resulta difícil definir los datos de flujo del agua subterránea para todo el sistema hidrogeológico amazónico, por ejemplo.