17/06/2014- A la espera de la reactivación de la causa.
“Él comenzaba hacerse amigo de una pareja que tuviera un hijo de uno o dos años e iba sembrando un posible abuso parece una película pero es la verdad”, relató Leonardo Mussi que veinte años después de haber sido abusado sistemáticamente por el ex secretario de Cultura de Urdinarrain (departamento Gualeguaychú) Javier Broggi, reveló por primera vez en televisión las tremendas secuelas que le dejó aquella nefasta experiencia de en su niñez. Desde el año pasado la Fiscalía Nº 2 de los Tribunales de Gualeguachú, a cargo del doctor Martin Gil, lleva adelante la investigación sobre reiterados abusos infantiles realizados por Broggi, que en estos momentos se encuentra viviendo en la ciudad de Gualeguay, tras la denuncia periodística en la revista ANALISIS, en diciembre del año pasado. “La prescripción puede ser la mejor arma para un perverso”, acotó Mussi, quien espera que se haga justicia y se avance en la causa, tras el fallo de los camaristas de Paraná, que desestimaron el pedido de archivo por el paso del tiempo, en el caso del cura Justo José Ilarraz, lo que también rehabilitó el expediente por abusos contra el ex funcionario Broggi.
De Análisis Digital.
Leonardo Mussi, brindó su desgarrador testimonio al programa “Fuera de Juego” (Canal 4 de Gualeguaychú) sobre el sistemático abuso que sufrió desde los 7 hasta los 13 años. “Me di cuenta a los 13 años. No sé de donde saqué fuerza, pero le pedí que no lo haga más”, acotó, repitiendo un relato que en diciembre del año pasado también se lo había confesado a Análisis, aunque esta vez por primera vez accedió a relatar lo que vivió en un programa de tv.
Mussi hoy tiene 33 años y es gerente en una estación de servicio en Concepción del Uruguay. Las responsabilidades empresariales lo abruman, pero pese a eso los recuerdos de su ingrata experiencia infantil, lo marcaron para toda la vida y hoy pide a la Justicia que los casos de abuso infantil “sean imprescriptibles”. El joven se mostró optimista por el fallo judicial de la Sala I de la Cámara del Crimen de Paraná, que rechazó el planteo de prescripción presentado por la defensa del sacerdote, Justo José Ilarraz, acusado de tejer un plan siniestro para abusar sexualmente a menores entre 1984 y 1992 en el Seminario menor de la capital provincial. Este fallo definido por Mussi como “una esperanza de justicia” es determinante para la reactivación de la causa Broggi en los Tribunales de Gualeguaychú.
A su vez instó a aquellos chicos que padecieron situaciones similares a la de él, en Urdinarrain, a que saquen a la luz sus historias. “Creo que el daño se produce por no hablar, por no hacer justicia, por no procesar esta situación que es tan grave, es parte del plan del perverso, en esta caso de Javier Broggi”, indicó.
Ese tiempo de sacar a la luz su abuso infantil, le llevó 15 años, y finalmente a los 28 años logró contarles a sus padres que, Javier Broggi, amigo íntimo de la familia, quien compartió varias Navidades con ellos, lo había abusado periódicamente. Era una forma de amedrentar a sus víctimas y obtener su silencio por muchos años de la misma forma que lo hacía el padre Ilarraz con los jóvenes seminaristas.
“Este es un reflejo de la misma sociedad y debe comenzar a darse cuenta de lo que tiene que reparar, y a fijarse los problemas que tenemos como sociedad”, añadió. Criticó a la Justicia porque tuvo “una postura liviana sobre algo que es muy grave y hay que revisar y saber qué sucede, cómo sucede y sobre todo ponerle luz”.
Mussi dijo que le llevó mucho tiempo poder sacar a la luz su caso de abuso: “Esto tiene que ver con un proceso y justamente la prescripción de la causa fue lo que me hizo hablar de esto, para rever este tema con mis allegados que me acompañó toda mi vida. El perverso saca la cuenta de la prescriptibilidad de sus hechos”.
El joven empresario hoy dice no recordar a que edad conoció a Broggi: “supongo por comentarios que tendría entre dos a tres años”, al tiempo que recordó que “los abusos comenzaron a los siete años”. Y fue en la adolescencia que se dio cuenta del daño que Broggi le había ocasionado.
“Casi adolescente me comencé a dar cuenta del daño, porque me comenzaba a enfrentar a los efectos de esos abusos. Desde chico, lo que me pasaba era que algo estaba mal, pero uno buscaba referencia en la sociedad mismas en los pares y en los adultos que me rodeaban, y la sociedad me daba vuelta la cara porque era difícil ver lo que estaba pasando”, reveló ante las cámaras.
Recordó que “he escuchado desde muy chico casos de abusos, como que en todas las familias se conoce que un primo, un hermano o un tío que algo había, cuando digo la sociedad me refiero a todos nosotros a la falta de determinación para poner un punto y por lo menos ver lo que no esta pasando”.
Mussi relató en cuanto al proceder de Broggi, que “yo me sentía como obligado a ir a la casa de esta persona, no sé de donde saqué fuerza y le pedí que no realice más lo que me hacía periódicamente. No quiero que me hagas más nada, le dije. Él era muy amigo de mi familia, era parte de su estrategia. Él comenzaba hacerse amigo de una pareja que tuviera un hijo de uno o dos años e iba sembrando un posible abuso, parece una película pero es la verdad”, añadió luego.
Desde entonces, Leonardo trató de ocultar su realidad, porque de reconocerla “era enfrentarme con un monstruo con el que no quería enfrentarme”. Esa postura lo ayudaba a mitigar su dolor: “No me sentía capaz de decirlo y no pude hablar de eso hasta los 28 años, no lo saqué a la luz en mi familia hasta los 28 años. Seguí con mi vida a los tumbos en muchos aspectos, luchando y empujando la montaña, sufriendo esa historia que sigue trabajando en mi cabeza, y lo seguía haciendo en ese momento haciéndome daño”. Con el tiempo se dio cuenta que uno de sus mejores amigos también le había pasado lo mismo. “Era una historia prácticamente calcada y nos ayudamos hasta el día de hoy”, acotó.
Manifestó que le “aterran los tiempos de la Justicia, y en este contexto se entusiasman más a realizar abusos en los casos donde están siendo mirados. Javier es más peligroso ahora y creo que va a ser cosas peores de la que nos hizo a nosotros en este momento. El tipo se siente más excitado ahora porque es más peligroso lo que está haciendo, porque le está diciendo a la sociedad que él tiene el poder de hacer lo que quiera. Si esto no llega a la Justicia él nos va a decir a todos nosotros yo hago lo que quiero y me rio”.
Como mensaje a las víctimas de abuso que hoy no se animan a sacar a la luz su caso, Mussi dijo que: “Respeto el proceso de las demás personas, yo tuve el mío y todos son diferentes. Mi opinión es que sirve hablarlo, no digo exponerse, pero si sirve decir que esto no esta bien, porque a esa persona le cambiará la cabeza. Uno se saca la mochila, la abre, comienza a ver qué hay dentro de ella y resuelve algunos problemas”.
En tanto, también dedicó un mensaje a la Justicia resaltando que: “Me gustaría que presten mucha atención, porque la prescripción no puede ser la mejor arma para un perverso. Yo no sé de leyes, pero en este caso, la prescripción corre el tiempo que uno mínimamente necesita para poder sacar a la luz lo que ha pasado. Es como que la sociedad le pida a un niño de cuatro años que fue abusado por su padre, o su tío y se le diga conseguite un abogado y anda a Tribunales. Ese chico podrá ir a la Justicia tal vez a los 15 años y el tiempo ya pasó, hay algo ahí que no está bien regulado, hay un reloj que está mal calibrado”.