Islas Malvinas, recursos – Alerta en sectores políticos y ambientales, ante un posible acuerdo

Alerta en sectores políticos y ambientales. Malvinas, los límites ante un posible acuerdo sobre los recursos naturales…
foto0_1_241974_123/09/2016 – El comunicado conjunto con el Reino Unido, presentado por la ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, Susana Malcorra, despertó el alerta en diferentes sectores políticos, incluso en parte del oficialismo. La explotación de los recursos naturales es uno de los dos ejes principales del interés británico por las Islas, además de la ubicación estratégica.   Por Milko Schvartzman*
El principal ingreso económico que obtiene el gobierno británico de las Islas Malvinas es el derivado de las Licencias de Pesca. Los barcos involucrados no cumplen ningún requisito ambiental, laboral ni de seguridad y no solo operan en el área que circunda a las Malvinas, sino que también se han registrado varios casos de pesca ilegal dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina.
En relación a la explotación de hidrocarburos, existe un alto riesgo de accidentes en una de las regiones con las condiciones meteorológicas y oleaje, más peligrosos del Planeta, y la dificultad logística de poder atender un siniestro.
La exploración y extracción de hidrocarburos debe ser suspendida, y la pesca debe ser afrontada por una nueva Comisión, cuyo principal objetivo sea asegurar la conservación de los recursos marinos.
La política con el Reino Unido
Como se preveía durante la campaña presidencial, el nuevo gobierno nacional replantearía las relaciones con el Reino Unido y abordaría de manera diferente el caso Malvinas. Un nuevo enfoque sobre uno de los tópicos que más profundo tocan a la sociedad Argentina, abriría las posibilidades de una nueva estrategia.
Durante los primeros años del kirchnerismo se intentó llevar adelante con el Reino Unido ciertos aspectos de común acuerdo, como la Comisión de Pesca del Atlántico Sur, la que luego de diferencias insalvables y decisiones unilaterales por parte del gobierno de las Islas, fue disuelta.
Más tarde, durante la presidencia de Cristina Fernández, la agenda de la cuestión Malvinas se manejó a través de una Secretaría de Estado específica, aunque fue objeto de muchas contradicciones: tal es el caso del ofrecimiento de vuelos directos a las islas, contrarrestado a los pocos días con la aplicación de un bloqueo a los barcos que realizaran actividades comerciales con las islas.
Existieron muchas curvas y contracurvas en los planteos, y el discurso se focalizó en acusaciones y ofensas, dirigido especialmente al público local. La misma retórica prevaleció desde Londres.
Los primeros indicios de una nueva política con respecto a Malvinas fueron mostrados en público por la ministra de Relaciones Exteriores, y encendieron el alerta de la sociedad y todos los sectores políticos, incluido el oficialismo, especialmente en lo que respecta a la explotación de los recursos naturales, uno de los dos ejes principales del interés británico por las Islas, además de la ubicación estratégica.
En un comunicado conjunto, los responsables de las relaciones exteriores de ambos países afirmaron:
“En este contexto se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos. Ambas partes enfatizaron los beneficios de la cooperación y de un compromiso positivo de todos los involucrados. (Ver además la entrevista del matutino británico The Guardian: “Malcorra menciono que emprendimientos conjuntos entre ambos países sobre hidrocarburos eran ‘un asunto sensible a discutir y que podría tener sentido’”)
La pesca y el ambiente marino:
El principal ingreso económico que obtiene el gobierno británico de las Islas Malvinas es el derivado de las Licencias de Pesca que otorga a más de 150 barcos coreanos, españoles y taiwaneses. Estas licencias de pesca se obtienen a través del pago de un canon que permite pescar en el área controlada por la Marina inglesa, alrededor de las Islas Malvinas, Orcadas y Sándwich del Sur.
Los barcos involucrados no cumplen ningún requisito ambiental, laboral ni de seguridad a la navegación y no solo operan en el área que circunda a las Malvinas, sino que también lo hacen en aguas internacionales, y se han registrado varios casos de pesca ilegal dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina (controlada por Argentina). Asimismo, muchos de los barcos que no son licenciados por el gobierno de las Islas, y que pescan ingresando ilegalmente al Mar Argentino, luego suelen descargar en las Islas.
El programa de licencias de pesca no ha demostrado verdadero interés en la sostenibilidad de la explotación ni en las condiciones de vida de los tripulantes, los cuales son esclavizados y suelen saltar fuera de borda para escapar de las terribles condiciones a bordo.
El calamar Illex, una de las principales especies capturadas en la región, es el corazón del ecosistema marino, siendo alimento de mamíferos marinos, aves y especies de peces, la sobrepesca tiene impactos directos en todas las especies.
Sólo siete observadores a bordo para más de 150 embarcaciones demuestran la falta de control de lo que ocurre en alta mar.
Explotación de hidrocarburos:
Argentina ha manifestado oficialmente como uno de sus argumentos más importantes en contra de la explotación de hidrocarburos por el Reino Unido, el hecho de los altos riesgos de accidentes en una de las regiones con las condiciones meteorológicas y oleaje, más peligrosos del Planeta, y la dificultad logística de poder atender un siniestro.
En caso de un accidente con hidrocarburos se vuelve casi imposible la correcta atención del mismo y los impactos en la región serían catastróficos para todo el ecosistema marino.
Ya en el pasado ha habido accidentes con derrames de hidrocarburos en bahías Malvinas, y los mismos no han podido ser atendidos apropiadamente, causando estragos en la vida marina.
La quema de combustibles fósiles tiene un grave impacto global incidiendo en el cambio climático y se opone a los acuerdos de reducción de emisiones ratificados por Argentina.
¿Beneficio económico para quién?
El PBI per cápita de los isleños es uno de los más altos del planeta, mucho mayor aún que los habitantes del Reino Unido, no existe una necesidad de mejora económica para ellos, sino que cualquier beneficio económico y/o logístico que facilite la explotación de los recursos naturales implica una reducción de los costos del Reino Unido en el mantenimiento de sus colonias.
Es por esto que, la discusión de acuerdo con el Reino Unido, además de no presentar ninguna grieta a la disputa de soberanía, no debe implicar un impacto negativo para el medioambiente ni implicar riesgos de catástrofe ambiental.
La exploración y extracción de hidrocarburos debe ser suspendida, y la pesca debe ser afrontada por una nueva Comisión, cuyo principal objetivo sea asegurar la conservación de los recursos marinos, reduciendo la flota, transparentando toda la información de los barcos y capturas, e implementando el Código de Conducta para la pesca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a través de observadores independientes.
(Publicado en Punto Verde)
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