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El voto en blanco…
11/8/2015- Con un 98,94% de las mesas escrutadas en Entre Ríos, los votos en blancos y nulos alcanzaron el 18,05%. Profesionales dedicados al trabajo de consultoría y análisis político dieron su interpretación del fenómeno.
Consultores afirmaron que la inexistencia de internas en esa categoría, sumado al alto desconocimiento de los candidatos, “resabios” del “que se vayan todos de 2001″ y la confusión generada por la multiplicidad de candidatos y pegados de boletas coadyuvaron para que esa modalidad de sufragio sea la tercera fuerza en la provincia. La cantidad de votos en blanco y nulos que hubo este domingo para la categoría de gobernador no registra antecedentes similares en la provincia de Entre Ríos.
Según las cifras oficiales, 139.434 electores sobre un total de 772.518 (con el 98,94 por ciento de las mesas escrutadas) no pusieron en el sobre boleta de ningún precandidato a gobernador.Lejos del recordado “que se vayan todos” del año 2001, en medio de una situación política diferente, con otros actores y otro sistema electoral, la no preferencia por ningún candidato fue uno de los datos que más llamó la atención.
La inexistencia de internas“Hay dos estancos que el elector al momento de votar ha tenido en cuenta: el presidente y el intendente. Ahí también tenemos una respuesta de por qué tantos votos en blanco para gobernador”, dijo a AIM el licenciado en Ciencias Políticas, Esteban Folador, director de la consultora Indicios, que consideró que “la inexistencia de internas (había lista única en las cinco agrupaciones que participaron en la provincia) puede ser una variable de que nadie se haya preocupado en darse a conocer porque ninguno de el los tenía un contrincante”.
Fue coincidente, en ese sentido, el análisis del licenciado en Comunicación Social, Emanuel Pagés, director de la consultora Emanuel Pagés & Asociados, que interpretó que el electorado “le prestó más atención a la categoría de intendente y de presidente. Eso ha quedado claro con el corte de boleta que se dio y de alguna manera uno de los escaños, el de la gobernación, se dejó de lado. Como en este caso no se presentaba ninguna interna, los cinco precandidatos a gobernador que había en Entre Ríos, entonces se prestó más atención estos extremos de la boleta larga”´.
De todas maneras, Folador consideró que “evidentemente ha quedado un resabio del rechazo a la clase dirigencial en sí” y la gente, 12 años después, sigue manifestando “cierto desagrado hacia la clase política, que no ha terminado finalmente con aquel ‘que se vayan todos’ de 2001″.
Dos extremos: estrategias de (no) comunicación y sobreinformación
Ambos consultores analizaron el tema desde lo comunicacional, abordando diferentes aristas, considerando tanto la falta de información vinculada a estrategias de campaña de los candidatos, como también a la saturación de información provocada por la multiplicidad de candidatos y pegados de boleta que hicieron de los cuartos oscuros un laberinto difícil de sortear, sobre todo para los indecisos o para aquellos electores que acostumbran a un voto más heterogéneo y ecléctico.
Folador consideró que las características personales y las estrategias de campaña de los dos candidatos que -paradójicamente- más votos obtuvieron (Gustavo Bordet y Alfredo De Angeli) atentaron contra el nivel de conocimiento por parte del electorado: “tenemos un candidato que no sabemos qué piensa, qué va a hacer en el caso de que sea gobierno”, en referencia a De Ángeli y otro -por Bordet- “con otro perfil, con otro tipo de liderazgo (respecto de Urribarri) que hace que también se plantee esta duda de cómo va a desarrollar su administración”.
Si bien la argumentación del desconocimiento podría descartarse si se tiene en cuenta que fueron los más votados también podría caber la hipótesis de que -de seguir una estrategia comunicaciones diferente- podrían haber cosechado parte de esos votos que no fueron para ningún candidato.