La Tormenta de Santa Rosa o temporal de Santa Rosa es una expresión popular para designar una tormenta que se espera que se desarrolle en el Hemisferio Austral en un lapso de entre 5 días antes y 5 días después del 30 de agosto, fecha correspondiente a la festividad de Santa Rosa de Lima, «Patrona de las Américas».
La expresión tiene su origen en una leyenda que atribuyó a los poderes místicos de Isabel Flores de Oliva una fuerte tormenta que impidió que piratas holandeses atacaran la ciudad peruana de Lima. Según los meteorólogos el evento no tiene la certeza que el imaginario popular le atribuye, e imputan su ocurrencia al choque de los primeros vientos cálidos con los frentes fríos producto del acercamiento de la Primavera.
Leyenda de la tormenta de Santa Rosa.
En 1615 en la “Ciudad de Los Reyes” (Lima) una religiosa llamada Rosa –(Isabel Flores de Oliva, 1586-†1617)– encabezó una rogativa desde una iglesia, ante el posible desembarco de piratas holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino de El Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta impidió que las embarcaciones se acercaran a tierra y así, la ciudad de Lima quedó salva. Los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y la huida de los piratas al poder místico de Rosa.
La leyenda se popularizó en Argentina, con gran fuerza en la zona del Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo. La capital de la Provincia de La Pampa lleva su nombre. Es una región realmente seca, y es muy poco frecuente que la tormenta (muy benéfica allí) se produzca.
Climáticamente en el Hemisferio Austral, la tormenta de Santa Rosa puede constituirse en una de las primeras tormentas, hacia el final del invierno, unos diez días antes del 30 de agosto y veinte primeros días de septiembre.
Para el Vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, «tormenta”es la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (el relámpago) y por un ruido seco o un estruendo sordo (el trueno), asociada a nubes convectivas (cumulunimbus) y suelen llegar con lluviaen forma de chaparrón o, en latitudes más altas, de nieve o granizo, y también de vientos fuertes. En invierno no ocurren estas tormentas convectivas, porque para su desarrollo, se necesitan condiciones energéticas más de primavera y de verano. Y, al acercarse el equinoccio de primavera del Hemisferio Sur (22 o 23 de septiembre), el acercamiento paulatino (por el ángulo de inclinación del eje del planeta) de este sector de la Tierra al Sol aumenta la disponibilidad de energía en el «Subsistema Austral Climático Terrestre», produciéndose cambios en la «Circulación Atmosférica Regional», desde fines de agosto. Con presencia de aire cálido y húmedo del norte, sumado a más radiación solar y a entrar «Perturbaciones Sinópticas» del oeste podría aparecer el fenómeno de tormenta saliendo del invierno, en cercanías del 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima.
Dicha perturbación se produce ya a que el Polo Sur sigue aún muy frío mientras que el continente austral comienza el lento proceso de calentamiento.
Popularmente (mito) se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, pero normalmente no es así. Para la ciudad de Buenos Aires (Observatorio del SMN Villa Ortúzar), del análisis de la frecuencia de aparición del Fenómeno Tormenta», 5 días antes y después del 30 de agosto, del período 1861-2003. Así, sólo 16 veces en 142 años, se produjo la «Tormenta» de Santa Rosa de Lima.
La “Tormenta de Santa Rosa” se observa en algunas provincias argentinas, mientras que en otras, como Salta, Mendoza o San Juan, muy rara vez aparece este fenómeno. En Uruguay se produce con una frecuencia parecida a la de la provincia de Buenos Aires. Fenómenos similares se observan en Sudáfrica y en Australia.