Marcos Tonina para PortalLarroque.com.ar
En un artículo reciente de The New York Times, se publica que la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de E.E.U.U.) viene recopilando enormes cantidades de fotografías desde hace, por lo menos, 4 años. Por medio de esta operación se pretende establecer una poderosa herramienta de reconocimiento facial que permita identificar a individuos, monitorear a partir de esto sus actividades, perfil, y gustos. Estas revelaciones provienen de documentos que eran secretos hasta el caso Snowden (Click sobre el apellido para más información).
Se estima que se interceptan millones de imágenes por día, logrando reconocimientos positivos de alrededor de 55 mil caras consideradas de gran potencial para extraer información concreta asociada con exactitud.
Cuando se presentó esta tecnología a las autoridades, en el año 2011, se mostraron ejemplos de individuos reconocidos a pesar de cambios de peinado, barba, y demás aspectos visuales, logrando obtener perfiles asociados al estado de sus pasaportes, lugares frecuentados, preferencias a la hora de volar, y más. Las mismas fuentes reconocen que aplicaciones como Facebook y redes sociales son gran fuente de datos. En este punto, vale la pena aclarar que la legislación estadounidense establece que si corre peligro la seguridad nacional, cualquier empresa radicada allí está obligada a proporcionar los datos de sus usuarios.
Se estableció, asimismo, que el método de identificación del futuro consistirá en una combinación tanto de huellas digitales como de reconocimiento facial, por lo que la inversión en este tipo de tecnología está aumentando día a día.
Esta clase de revelaciones (que confirman las sospechas de muchos, que originalmente fueron llamados paranoicos) recuerdan una máxima que se pudo leer en algunas recomendaciones sobre seguridad: «No escribas -o subas- nada a Facebook que no estarías dispuesto a pintar en aerosol en la puerta de tu garage».
Desde luego que no hay problemas con usar las redes sociales, pero nos conviene ser precabidos en el contenido que subimos, teniendo presente que hay un 99% de posibilidades de que esa información sea accedida en caso de necesidad tanto nuestra como de alguien que desee perjudicarnos más adelante. No olvidemos que tal vez, a los 16, 18, 20 años podemos tomar y compartir fotos que dentro de unas décadas puedan ser problema para nuestro futuro desempeño estudiantil/laboral/político/familiar. Estamos dejando vivo un archivo de nuestra vida, que no sabemos, tal vez, qué destino tomará posteriormente, y quién podría querer sacar provecho de cuestiones que deberían quedar en nuestra privacidad, como siempre ha sido.
Tampoco pensemos que están sólo en Facebook, sino que cada aplicacion masiva tiene su potencial peligro a nuestra privacidad. ¿Otra prueba? ¿Alguien jugó al popular Angry Birds? Se supo, también por Snowden, que múltiples agencias (no sólo estadounidenses) explotaron información de sus usuarios, no sólo de ubicación, sino de perfiles como gustos, estado civil y hasta orientación sexual. Oficialmente la empresa reconoció que se recopila información, pero «sólo para fines comerciales». De ahí al paso siguiente hay sólo un pequeño movimiento.
Estamos rodeados. ¿Qué hacer? La única respuesta que hay hoy es: Precaución a la hora de subir información sensible de nuestra vida personal. Ante la duda, no lo compartas.
Fuente: The New York Times