Desencuentro de la justicia y la sociedad.

 La Justicia nuevamente en la “picota” otra vez en la consideración social por una decisión tomada que generó nuevamente opiniones encontradas, mal humor e indignación. En las últimas horas en Paraná la justicia –de acuerdo a lo establecido en la ley- determinó la liberación de Silvio Díaz el conductor de un vehículo que a 134 km. p/h chocó autos estacionados  y atropelló dos hermanitos frente a la Escuela del Centenario -donde estaban por ingresar- uno de ellos -6 añitos- murió y el otro -11 años- quedó gravemente herido.

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El gfravísimo hecho ocurrió en junio último conmocionó a la capital provincial a la vez que S. Díaz al ser detenido por las autoridades admitió que había consumido cocaína y alcohol. Sin embargo la justicia a pesar de estar imputado en la causa y alojado en la Unidad Penal Nº1 acaba de excarcelarlo a pasar de los daños irreparables que ocasionó por su negligencia y por su estado por efecto de sus adicciones. La comunidad hoy se volvió a conmocionar…
La justicia sostiene que el imputado no intentará escapar ni entorpecerá la investigación que deberá pagar una fianza y obligado a cumplir varias exigencias pero pese a estas exigencias esto generó duras reacciones en la comunidad y especialmente en los padres en la familia de los niños que fueron inocentes víctimas. Después de abandonar la cárcel el imputado deberá presentarse una vez por semana en tribunales no podrá salir de noche de su domicilio, tiene prohibido conducir y consumir además tendrá que inscribirse en un programa para rehabilitarse de su adicción a las drogas.

La justicia actuó de acuerdo a lo que contempla la ley -no hay dudas- pero el enojo, la indignación brotó espontánea en la sociedad paranaense y de otros lugares donde hay familias que han sufrido hechos

con características similares por la pérdida de algún familiar o ser querido. La causa está caratulada como Homicidio culposo con dolo eventual y el proceso continuará hasta el inicio del juicio oral.

Accidente-alumno

Un adicto es una persona enferma cuyos actos en la vida bajo los efectos de droga o alcohol no son normales; requiere de atención urgente es un deber ayudarlo pero siempre se piensa en la ayuda, en la contención después que la persona produjo un daño, en este caso irreversible. Lo sucedido, fue un accidente…? Se podría haber prevenido…?
Hay adictos en recuperación que están en otra etapa, en otro proceso de su vida que primero admitieron su enfermedad y con voluntad, contención, amor especialmente familiar y profesional intentan controlar su problema y hacen una vida prácticamente normal y no representan un peligro.    

No obstante para poder conducir, los controles  deberían ser muchísimo más estrictos -con exámenes profundos de salud psíquica y física en materia vial- para poder sacar un carnet de conductor. En nuestras rutas y calles de pueblos y ciudades por ejemplo se observa que hay muchas personas octogenarias al volante que conducen autos y otros vehículos y cuentan con carnet… ¿están realmente capacitados para hacerlo, están aptos para recibir un carnet? Nadie sabe, pero el carnet lo tienen. El pésimo estado de algunos vehículos que circulan es otro tema.

El caso de Sebastián Cabello en 1999 aquel conductor que haciendo “picadas” chocó un R-6 que se incendió en cuyo interior viajaban una madre (38) y su hija de 3 añitos persiste en el inconciente colectivo. El conductor tenía 19 años fue arrestado cumplió una condena que fue reducida por la justicia para tiempo después quedar increíblemente en libertad mientras tiempo atrás se habría presentado para tramitar en un registro un carnet de conductor, el estará habilitado a tener recién
2017.

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Para afrontar casos de estas características hay Leyes de deberán modificarse y sean de fácil comprensión  caso contrario la justicia estará siempre cuestionada por la sociedad y por otra parte nadie está exento que nada le ocurra en la vía pública en custiones viales.
Al dictaminar la junticia es fría está contemplada en la ley
 y los jueces las aplican cuestiones que la comunidad en general no entiende y jamás entenderá; la gente siente, es sensible, se hace cargo del sufrimiento del prójimo… Hay muchos padres y familias que se solidarizaron con los padres del niño Juan Manuel Martínez Zurbano cuyo único consuelo en la vida es la fe en Dios para soportar tanto tanto dolor mientras esperan que la justicia brunde las respuestas que hoy no tiene.   (Portallarroque *M.E.)