Autor, dramaturgo y psicoanalista Eduardo «Tato» Pavlovsky – “El señor Galindez” lo consagró como autor
*Eduardo Tato Pavlovsky, dramaturgo, psicoanalista, actor y autor de piezas memorables de la escena nacional como El señor Galindez, Potestad y La muerte de Margueritte Duras, entre otras, falleció hoy a los 81 años. Pavlovsky nació en Buenos en Buenos Aires en 1933.
Médico y terapeuta, fue pionero del psicodrama en América latina, mientras en forma paralela desarrolló una prolífica obra en dramaturgia, con textos comprometidos con los temas sociopolíticos de su tiempo.
Exilado en España a fines de la década del ’70, con reconocimientos y distinciones a nivel nacional e internacional, su mirada psicoanalítica sobre la historia y sus protagonistas, atravesó sus obras.
El señor Galindez es la obra que lo consagró como autor, en 1973. Allí, retrata la vida de un torturador que mantiene un trabajo tradicional sin que nadie perciba su doble vida.
Su última producción dramática, Asuntos pendientes, se repuso este año en el Centro Cultural de la Cooperación. En escena, acompañaban a TatoSusy Evans, Eduardo Misch, Paula Marrón y Lucía Allende. La dirección es responsabilidad de Elvira Onetto.
Pavlovsky, una de las voces más intensas de la dramaturgia nacional desde la década de los 60, continuó hasta el final desarrollado una intensa labor no sólo en el campo escénico, sino además como psicoanalista. Su capacidad para observar la historia de su tiempo y trasladarla al escenario siempre demostró una profunda lucidez y lo hizo con unos procedimientos sumamente inquietantes. Otros de sus textos más emblemáticos son Telarañas, Paso de dos y Rojos globos rojos.
Asuntos pendientes, retoma algunos temas oscuros de nuestra historia y revela cómo algunas secuelas siguen apoderándose del presente y lo hace de manera conmovedora. «Lo primero que surge en la obra -explicó a La Nación Elvita Onetto en abril- es la idea de crimen, crimen social, crimen familiar, crimen de la ética; este tema atraviesa la obra con una ferocidad pesadillesca y obstinada; es entonces cuando lo espacial, lo temporal y la idea de sujeto hablante se vuelve abstracto, imprevisible, horroroso.»
En las redes sociales aparecen expresiones de dolor y homenaje por la partida de Tato. Ayer desde las 15, la despedida de Tato en un velatorio situado en el barrio de Belgrano, en O’Higgings 2842.
retrata la vida de un torturador que mantiene un trabajo tradicional sin que nadie perciba su doble vida.
temporal y la idea de sujeto hablante se vuelve abstracto, imprevisible, horroroso.»