*Bioeconomía 2030 – Forestación en Argentina, su gran productividad sustentable: ¿Despierta?
Avanzar en forestación requiere remover algunas de sus debilidades y amenazas como la falta de una industria transformadora acorde en escala y actualización, el transporte ferroviario y fluvial, la logística, informalidad laboral, disponibilidad energética y sobre todo una estrategia de toda la cadena.
La recomendación del pacto de París elige la forestación como una actividad destacada. La forestación fija carbono, la deforestación de bosques naturales libera gran cantidad de este, ya que los bosques del mundo almacenan más de 650.000 millones de toneladas de carbono: un 44 por ciento en la biomasa, un once por ciento en madera muerta y hojarasca, y un 45 por ciento en el suelo.
Se calcula que en 2010 el área total de bosques del mundo suma algo más de 4000 millones de hectáreas, lo que equivale a un promedio mundial de 0,6 hectáreas de bosque per cápita. Con una distribución heterogénea los cinco países con mayor riqueza forestal (la Federación de Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos de América y China) suman un 53 por ciento.
En el territorio argentino se reproduce esa heterogeneidad, hay zonas sin bosques nativos ya que debemos recordar que dos terceras partes de Argentina es árida y semiárida y que la Pampa Húmeda no tenía árboles nativos, salvo los bosques en galería de los grandes ríos. Todos los árboles de esta región son implantados por los humanos y no hay autóctonos en términos ecológicos.
Los implantados son todos exóticos, provenientes de otras regiones cerca o de otros continentes ya sean los jacarandás, las tipas, lapachos o pinos y eucaliptus. Es así entonces que el cultivo de árboles en todo el país es muy importante para uso forestal, paisajístico, de sombra, etc.. Las forestales se ubican en regiones de alta productividad a partir de un balance adecuado de radiación, temperaturas y disponibilidad de agua.
Las proyecciones de demanda de madera (World Wildlife Fund), calculan que por el consumo de madera y para que no se pierdan más bosques nativos se deben plantar globalmente siete millones de hectáreas por año. Para ello, Argentina podría contribuir ya que cuenta con un alto potencial para crecer en forestaciones de alta productividad. Hoy, hay un patrimonio de 1,3 millones de hectareas de plantaciones forestales, principalmente de pino, eucalipto y salicáceas.
Cerca del 40% de estas plantaciones se encuentran certificadas por sellos de gestión sostenibles, como son la certificación de Gestión Forestal FSC (Forest Stewardship Council) y PEFC (Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal). Estas plantaciones proveen materia prima al 95% de las industrias de base forestal del país, que incluyen alrededor de 2.700 PyMES que emplean en forma directa cerca de 100.000 personas.
En 2017, según el INDEC, el valor bruto de la producción (VBP) alcanzó los US$14.000 millones, equivalente al 7,3% del valor agregado industrial. Pero hay déficit en el campo de las exportaciones de origen forestal en 2017 fueron de US$551 millones, el récord fue en 2011 con US$1.120 millones, lo lamentable e inexplicable es que persiste el déficit comercial de US$558 millones. De las exportaciones, el papel representaba el 33% del total, seguido por la pasta de madera con 21%; madera y sus manufacturas, con 20%; productos gráficos, con 7%; muebles, con 1%, y otros.
Exportar muebles es muy complejo, teniendo en cuenta que el 40% de la producción de muebles en el mundo es china, mientras que el conjunto sudamericano apenas llega al 0,6% (el 60% lo explica Brasil) y los altos costos locales. En muebles exportamos solo categoría boutique, de gran diseño y calidad, pero muy poco.
La mayor masa forestal argentina está en Corrientes y Misiones, que reúnen el 80% de las plantaciones forestales del país, y más del 75% de la producción de rollos, y la misma proporción de madera industrializada. El sector forestal responde por más del 60% del PBG de Misiones, y por tiene el segundo lugar en Corrientes.
Avanzar en forestación requiere remover algunas de sus debilidades y amenazas como la falta de una industria transformadora acorde en escala y actualización, el transporte ferroviario y fluvial, la logística, informalidad laboral, disponibilidad energética y sobre todo una estrategia de toda la cadena.
Se conformó la mesa de competitividad forestal y la misma ha estado haciendo algunos aportes importantes en conjunto con el gabinete nacional como:
- Proyecto de prórroga de la ley de promoción forestal
- Implementar el bitrén forestal que permite mejorar en un 78% el aumento de carga y reduce aproximadamente en un 30% los costos logísticos de forma casi inmediata.
- ForestAR 2030. La iniciativa del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable con el objetivo de llevar la superficie forestada en el país de los 1,3 millones de hectáreas actuales a dos millones en los próximos 12 años. Se inscribe en los compromisos de la Cumbre de París.
- Seguro Verde. En esta línea un acuerdo entre la Superintendencia de Seguros del Ministerio de Finanzas y las empresas aseguradoras para crear un fondo que busca promover la forestación y favorecer el enriquecimiento del bosque nativo. El Seguro Verde destinará un 1% del valor de cada póliza de automotores, motos y camiones de carga, a la Ley de Promoción Forestal (N°25.080) generando una compensación por los gases que emiten los vehículos.
Esta actividad Bioeconómica basada en la fotosíntesis de los árboles, agregando conocimiento y desarrollo local es sin duda una línea estratégica que en cualquier plan de desarrollo sustentable y federal debe tener un lugar relevante.
*El autor de la nota es el Ingeniero Agrónomo Fernando Vilella, Profesor Titular Cátedra de Agronegocios y Director del Programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y Presidente del CPIA.*
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