*A continuación compartimos palabras de Daniela Churruarín en su portal de face, que con inmenso dolor debe soportar la muerte -por bala- de su perrito a manos de un inhumano. Y lo hacemos público porque quienes hemos sufrído, hemos sido damnificados por la muerte de una mascota -que parte de la flia.- sabemos lo que esto significa. El anonimato en estos asuntos sigue siendo lamentablemente moneda corrriente; la dueña realizó la denuncia policial el grave episodio quedó asentado pero ojalá que algun día pueda saberse la verdad. Hay que pensar que a cualquiera le puede pasar algo parecido.
*Portal Larroque*
portallarroque.com.ar
*La nota expresa textualmente lo siguiente:
*Queridos amigos del Facebook hoy escribo aquí, para que lo sepa todo el mundo, que me mataron de un tiro a mi Pandi, y si lo escribo así de manera tan cruda es para que se vea reflejado mi dolor, que casi no puedo expresar con palabras. Lo hago también porque ya hice la denuncia policial, y ante Inspección Municipal, pero estoy destruida, porque no se puede creer que alguien, uno de mis vecinos, pueda ser tan desgraciado para matar. No hay calificativos para el horror, para quien termina con una vida, sea animal o humana.
Me levanté temprano para ir a misa cuando escuché un sonido fuerte, como de un cohete, y un animal que gritaba desesperado. Desgracia la mía, al saber que era mi Pandi, que corría desesperada desde el campo vecino, para morir en mi casa, bajo el jacarandá que era donde siempre dormía. Volvió con nosotros para guarecerse, para despedirse también. ¡Pero qué dolor siento, seguramente muchos pueden comprenderme!
Pandi, tenía seis años, y como conté alguna vez, la juntamos de los ombúes del final de calle, frente a La Tera, cuando era una pequeña bebé. Creció rápido, se puso enorme, al mismo tiempo que la más fiel compañera que he podido tener, que salía a despedirme, que me esperaba despierta aún bajo la lluvia y las tormentas. No sé, no puedo decir mucho más ahora.
Quiero que todo el mundo lo sepa, porque el arma con que la mataron fue de un calibre tipo 22, y hoy con un tiro le tocó a mi Pandi, pero se imaginan la cantidad de niños que pasan justo por esta calle, que vienen del barrio nuevo, es un verdadero peligro. Las armas deben estar declaradas. No creo que este sea el caso. Reitero: hice todas las debidas denuncias y averiguaciones, por eso, lo comparto aquí. Les agradeceré mucho la difusión. ¡No se imaginan el dolor!
*Daniel Churruarín*