Asesinaron esta madrugada a un conocido contador de Paraná

El contador público Ricardo Lizarraga, de 62 años, fue asesinado esta madrugada de un disparo, cuando intentó recuperar la moto de su hijo, sustraída por desconocidos. El deceso fue constatado en el Hospital Gerardo Domagk, producto del balazo que recibió en el cuello, según informó aANÁLISIS DIGITAL su primo, el periodista Luis María Serroels.

Lizarraga de 62 años, fue atacado con una nueve milímetros y falleció.
Lizarraga de 62 años, fue atacado con una nueve milímetros y falleció.


La muerte se produjo alrededor de las 3 de este viernes, luego de que Lizarraga persiguiera en su auto personal a los descnocidos, quienes terminaron abandonando la moto porque se ahogó el motor. En la zona de Bajada Grande uno de los delincuentes disparó contra el auto de Lizarraga y lo mató.En diálogo con el programa A quien corresponda (Radio De la Plaza), Serroels contó cómo mataron a su primo esta madrugada. Dijo que cerca de Avenida Estrada, en la capital provincial, Lizarraga “se enteró del robo a su hijo, entonces se subió a su auto, acompañado del joven, y salió en dirección al Puerto, a la Costanera”. “Fue tan tremenda la fatalidad que los ladrones abandonaron la moto porque se ahogó el motor, pero seguramente él -por Lizarraga- no vio eso y siguió con la persecución”. Luego de eso, “uno de los delincuentes se bajó, se acercó al auto con una nueve milímetros y le disparó en el cuello. Mi primo ya estaba sin fuerzas y su auto se estrelló contra una casa”.

Serroels precisó que al contador le dispararon mientras permanecía en el interior del auto. “Fue un disparo a quemarropa. No pudo sobrevivir. No sé si llegó al hospital”, lamentó, y agregó: “Evidentemente el hijo de mi primo es presa fácil”. Sostuvo además que “este es el homicidio número 23 en lo que va del año”. “La vida ha pasado a tener menos valor. Algunos tienen desprecio por su propia vida, entonces no podemos pedirle respeto por la vida ajena”, evaluó.

Además, consideró que las calles “no se pueden sembrar con policías” y opinó que la clave está “en el poder correctivo del Estado”.

Por último, Serroels contó que Ricardo Lizarraga se casó en primera nupcias y tuvo tres hijos. Después volvió a formar pareja y tuvo una nena. Dijo que vivía en su casa propia y se desempeñaba en su profesión. “Era un tipo afectuoso, alegre. La semana pasada hablamos durante un rato largo. Ricardo fue una víctima más de lo que está pasando en Paraná, ya no somos la ciudad de hace años, cuando un homicidio en otra época era excepcional… Lo triste de todo esto sería que vayamos perdiendo la sensibilidad, la capacidad de reacción y de indignación”, completó.