Está indicada para mayores de 60 años, ya que a esa edad se dan la mayoría de los casos
una de las enfermedades que encierran más mitos y en cuyo tratamiento proliferan los remedios caseros o sin base científica. El herpes zóster, conocido comúnmente como “culebrilla”, es una infección eruptiva que se produce por la reactivación del virus de la varicela que se adquiere, por lo general, durante la infancia. Aunque no tiene cura, existen tratamientos antivirales que ayudan a aliviar sus síntomas y evitar complicaciones.
Pero, ahora, también se suma la opción de prevenirlo. Es que en aproximadamente un mes llegará a la Argentina la primera vacuna contra la culebrilla. La comenzará a comercializar el laboratorio Merck Sharp & Dohme, aunque aún se deconoce su costo y si contará o no con algún tipo de cobertura. “La vacuna fue aprobada en los Estados Unidos en 2006 y ahora llega a nuestro país. Es una vacuna de virus vivos atenuados que se tolera muy bien. Se da una sola vez en la vida y la indicación es que todas las personas de más de 50 años se la pueden aplicar”, le dijo a PERFIL el infectólogo Daniel Stamboulian, director de Funcei.
El herpes zóster afecta a una de cada tres personas en algún momento de su vida, pero son los adultos mayores los que presentan más riesgo: la mitad de los casos ocurre en hombres y mujeres mayores de 60 años. Cuando una persona se recupera tras haber sufrido varicela, el virus permanece en su organismo en estado de inactividad hasta que se reactiva por causas aún desconocidas.
“A diferencia de la varicela, el herpes zóster es la reactivación del virus sólo en una raíz nerviosa, no en todo el organismo. Algunas veces tiene que ver con la inmunosupresión o situaciones de estrés pero, en la mayoría de los casos, no existe un factor desencadenante”, sostuvo Pablo Bonvehí, miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de infectología del Hospital Cemic.
Según explicó el experto, la infección se manifiesta a través de una erupción cutánea o sarpullido que típicamente afecta el tórax pero también puede darse en la región abdominal, en la zona del glúteo, las piernas o la cara, donde puede llegar a comprometer un ojo. Uno a cinco días antes de la aparición del sarpullido, es común experimentar dolor o picazón en la zona.
Complicación. “El problema del herpes zóster es algo que es simple y, a la vez, complicado. Lo simple es que, tome la medicación que tome o vaya a la curandera que vaya, en una o dos semanas las lesiones cutáneas se van. Pero lo complicado es la inflamación de los nervios que están por debajo de la piel. Es por eso que quien tiene herpes zóster debe ir al médico para que le recete la medicación antiviral que pueda controlar la inflamación de los nervios”, advirtió Stamboulian.
La complicación más frecuente de la culebrilla es la llamada neuralgia post herpética, que se caracteriza por un dolor intenso en las zonas afectadas por el sarpullido, que incluso puede persistir aun después de la desaparición de la erupción. “Es importante consultar rápido al médico porque una de las complicaciones más freceuntes es la neuralgia post herpética, un dolor que dura más allá de los seis meses después de la erupción y que puede ser invalidante”, remarcó Bonvehí.
La vacunación apunta a prevenir la infección pero también a evitar esta complicación. Según el Estudio de Prevención del Herpes Zóster, realizado en más de 30 mil personas mayores de 60 años sin otras enfermedades ni antecedentes de culebrilla, la inmunización redujo el 51,3% el riesgo de desarrollar la infección y disminuyó el 66,5% el riesgo de padecer neuralgia post herpética.
Desafío. La indicación de la vacuna contra el herpes zóster se suma a otras inmunizaciones recomendadas para dar protección a los mayores de 65 años: la dosis anual contra la gripe, la dosis única contra el neumococo (neumonía), una dosis cada diez años de la doble bacteriana (contra el tétanos y la difteria) e iniciar o completar el esquema de vacunación contra la hepatitis B. “Uno de los desafíos más grandes es implementar la vacunación en el adulto. Más de 2.500 personas mueren por año en la Argentina a causa de la neumonía neumocócica. Da mucha pena que fallezcan adultos mayores por esta bacteria cuando existe una vacuna preventiva. En todo el mundo estamos trabajando para incrementar la vacunación del adulto”, concluyó Stamboulian.
Una dosis extra contra sarampión, rubéola y polio para los chicos
Con el propósito de consolidar la eliminación del sarampión, la rubéola y la poliomielitis en la Argentina, se realizará la Campaña Nacional de Vacunación de Seguimiento, desde el 1º de septiembre al 31 de octubre. Todos los chicos de entre 1 y 4 años inclusive deberán recibir una dosis extra de la vacuna doble viral (contra sarampión y rubéola) y una dosis extra de la OPV/Sabin, más allá de que tengan las inmunizaciones del Calendario Nacional de Vacunación al día.
“Es un desafío enorme porque en dos meses tenemos que vacunar tres millones de chicos” admitió Carla Vizzotti, responsable del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación.
“Aunque en la Argentina no hay casos de sarampión, rubéola ni poliomielitis, necesitamos sostener la eliminación de esas enfermedades. Por eso, todos los niños de entre 1 y 4 años deberán recibir una dosis extra, porque son los más susceptibles de contraer las enfermedades”, explicó la especialista. Este refuerzo se aplica con el objetivo de revertir la acumulación de susceptibles a través del tiempo, vacunando tanto a niños que nunca fueron vacunados como a aquellos que no tuvieron una respuesta inmune adecuada. El sarampión, la rubéola y la poliomielitis son enfermedades que se encuentran eliminadas de Argentina, pero no del resto del mundo. Es indispensable el logro de coberturas óptimas, ya que existe el riesgo de reintroducción de estas enfermedades por viajeros. La dosis extra se aplicará en forma gratuita en todos los centros de vacunación y hospitales públicos del país.