
La denominación Puma nació en 1965 cuándo aquella selección
argentina de Rugby derrotaba sorpresivamente a los poderosos Springbok en su cancha, en su propia tierra, Sudáfrica. Seguramente muchos conocen la historia, eran épocas del Apartheid -con Mandela en la cárcel- y aquella selección sudafricana era casi imbatible por la calidad de jugadores y equipo.
La victoria para los de la celeste y blanca significó una hazaña, no solo para el Rugby argentino sino también para el deporte nacional y de otros países amantes de la ovalada.
Desde aquel partido, desde aquel día Los Pumas -seleccionado arg. de Rugby- son respetados en el país y en el universo rugbístico porque dentro de la cancha, se sacrifican jugando, jamás bajan los brazos y fuera
de ella son un equipo de hombres honorables respetando a sus ocasionales adversarios, su hinchada, simpatizantes y su pueblo.
Para los amantes del Rugby y del deporte los Pumas -al final de cada partido- no solo dejan enseñanzas por la entrega puesta de manifiesto en cada tackle, scrum o tray sino también por actitud, el esfuerzo, para intentar revertir una adversidad y retirarse de la cancha con la frente bien alta por haber dejado alma y corazón en cada jugada.
En aquel 1965 se originó un factor especial en el equipo y ser Puma a partir de ese momento significa dar un plus especial, dar siempre el ejemplo, respetar y ser respetado teniendo en cuenta que dentro y fuera de la cancha principalmente llevan puesta y defienden la camiseta argentina.
Esto no cambió y la dignidad, el compromiso del equipo se observa por la televisión antes y después de cada partido del Mundial de Rugby 2015 que se está disputando por estos días en Inglaterra. Puede a muchos gustarle o no el rugby pero los Pumas nos representan ante el mundo
como selección nacional y nunca es tarde para interiorizarse de que se trata esta disciplina que en otros países del mundo es el deporte nacional.
La primera emoción que embarga a muchos argentinos es el ingreso del equipo a la cancha y más tarde cuándo los jugadores abrazados a modo de darse aliento, fuerzas entonan la estrofas del Himno nacional. Son un ejemplo incomparable! porque los jugadores cantan elevando la voz, entonando las estrofas con entrega y patriotismo, trasmitiendo su emoción a la hinchada en el estadio y a una gran mayoría de argentinos que hacen el «aguante» a miles de km. de
distancia.
Muchos dirigentes, funcionarios, políticos entre otros desprestigiados- deberían observar y tomar nota de los Pumas, que brindan espontáneamente hermosos ejemplos para el país defendiendo la camiseta, como lo hacen cantando el Himno.
En la selección nacional de fútbol –como en otros casos- pasa lo contrario, puesto que algunos jugadores -algunos ídolos- No cantan el Himno y algunos colegas deportivos equivocadamente intentan justificarlos. No se debe dejar de lado que tanto los jugadores de los Pumas, como los de la selección argentina de fútbol, son “modelos” en los cuáles muchos chicos se identifican y por tan especial motivo es un
deber ineludible –sea Messi o Agüero- brindar como adultos, los mejores ejemplos.
La educación atraviesa momentos delicados de transición y los «modelos» desde los deportitas hasta los actores deben a través de su imagen contribuir en la formación. Los chicos nunca olvidan y recuerdan por siempre los buenos ejemplos de vida.
Portal Larroque *Mario Escobar
(www.portallarroque.com.ar)