El organismo aseguró que aumentó el riesgo climático en el agro por los fuertes contrastes climáticos. Las proyecciones para el otoño.
En el sudeste de Córdoba llovió en tres meses la media de todo un año, este verano. En cambio, en la provincia de Buenos Aires hubo déficit de precipitaciones.
Los fuertes contrastes climáticos vienen castigando a los productores agropecuarios durante las últimas campañas, que se caracterizaron por la variabilidad del clima, que generó severas sequías en algunas regiones y un verdadero diluvio durante los últimos meses en el sudeste de Córdoba y en el centro norte de Santa Fe, en donde se acumularon más de 500 millímetros (la mitad del régimen pluvial anual) en sólo tres meses.
En este escenario, que incrementó el riesgo climático asociado al agro, los científicos coinciden en que es mucho más complejo predecir este tipo de eventos, que suelen ser extremos y muy desparejos entre las distintas regiones productivas.
De acuerdo con el director del Instituto de Clima y Agua del INTA, Carlos Di Bella, la variabilidad climática siempre existió aunque en los últimos años se intensificó. “El punto es que se está viendo, a escala mundial y por un efecto global, una mayor variabilidad climática entre años. Es decir, que nos movemos entre picos extremos cada vez más versátiles”, explicó.
El experto advirtió que se trata de fenómenos muy complejos cuya estimación, en términos temporales y espaciales, resulta realmente muy complicada, a pesar de que esta información es cada vez más demandada por los productores a fin de orientar la toma de decisiones.
En este sentido, Di Bella sostuvo que pronosticar “es conocer el futuro por indicios” y a fin de que los pronósticos sean cada vez más certeros, los organismos y los científicos deben integrar más la información y el conocimiento que reúnen. Es una cuestión estratégica para mejorar la gestión del riesgo hídrico en los pueblos y ciudades, que este verano sufrieron con las inundaciones por lluvias, y para que los productores puedan balancear mejor sus esquemas y repartir el riesgo entres distintos cultivos y actividades agropecuarias.
Según un informe del Instituto de Clima y Agua del INTA, en lo que va del año en el país hubo situaciones climáticas contrastantes con anomalías en las precipitaciones con excesos hídricos en Santa Fe, noreste de Córdoba, San Luis y parte de la Mesopotamia. Y hubo déficit de lluvias en la provincia de Buenos Aires, San Juan y otras regiones de la Patagonia.
Para los meses que vienen, los pronósticos de mediano y largo plazo del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en consenso con otros organismos estatales como el INTA, sostienen que el estado actual del Fenómeno de El Niño es neutral con baja probabilidad de desarrollo (El Niño supone mayores precipitaciones en la región pampeana y en el Litoral).
Además, para abril y mayo pronostican una condición superior a lo normal de lluvias para el norte y sudeste de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Mesopotamia. Mientras que el resto del país tendrá condiciones normales. En cuanto al déficit hídrico presente en San Juan y la Patagonia continuará la situación de escasez, algo normal y esperable para esta época del año.
(Clarín)