Reclamo QOM – Del monte a la selva de cemento (AUDIO)

Pueblos Originarios: se mantiene el reclamo QOM

                                                                                                 *Por Alberto Dorati

Nota en Buenos Aires…

11017874_10152866546123171_6188477781885362614_n  En el año 2010, el reclamo de la comunidad Qom “La Primavera” en la Avenida 9 de Julio terminó con una feróz represión encabezada por Andrés “El cuervo” Larroque.

En estos años el pueblo Qom sufrió persecuciones, expulsiones y la pérdida de muchos de sus miembros, por hambre, enfermedad y, en algunos casos, por hechos violentos nunca esclarecidos.

A pesar de ello, resisten. Desde hace quince días, nuevamente plantaron su reclamo en el cruce de la Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo. En pleno corazón de la egocéntrica Capital Federal, a pocas cuadras de la casa de gobierno y del congreso nacional.

Pequeñas carpas, un gazebo y una gran bandera que identifica a los pueblo originarios flamea orgullosa con sus diversos colores, rompiendo el urbano paisaje gris.

Allí están ellos, con su postura respetuosa, pero implacable. Con su mirada serena e inquisidora a la vez. Con su reclamo a flor de labios, con la urgencia que tienen aquellos a quienes los acecha la muerte.

Al frente, como símbolo de resistencia, Félix Díaz, líder de la comunidad Qom Potae Napocna Navogoh (La Primavera).

RECONOCIMIENTO

Asistí al lugar del acampe junto al Profesor Luis Laferriere, representado a la Junta Abya Yala por Los Pueblo Libres. El fin fue informar a Félix Díaz que este centro de estudios había decidido otorgar el reconocimiento anual a él, y en su nombre a todos los pueblos originarios del continente y del mundo.

El premio “Conciencia Abya Yala” que otorga la JAPL se propones subrayar la prédica y la coherencia de los hermanos del Gran Chaco y más allá de las fronteras abrazar a todos los pueblos que luchan por la dignidad y la emancipación.

El objetivo es resaltar los valores de aquellos que sufren atropellos a sus derechos, sus cultura, su economía, su modo de vida, su trabajo, su dignidad y su integridad física.

Mientras desde la política se abren las puertas a perversas multinacionales que se apoderan de nuestras riquezas naturales y ponen en riesgo nuestra salud, la comunidad Qom defiende la naturaleza y los mejores valores que les han transmitidos sus ancestros.

Los gobiernos usan armas para exterminar las legítimas demandas de un pueblo avasallado. En tanto, las armas de los Qom huelen a flores, a monte, a orillas, a marcha obrera y campesina, a rueda de mate. Ellos defienden la vida y el sistema capitalista aboga por la muerte con tal de conseguir sus voraces objetivos económicos.

Por ello, la JAPL, ha decidido otorgar este reconocimiento a Félix Díaz, e invitarlo para que llegue a Entre Ríos a recibirlo y así contar con su presencia y su palabra, esencial para estos tiempos turbulentos.

LA LUCHA

Nuestro intento de encontrarnos con Féliz Díaz se vió Frustrado. Tras esperarlo un tiempo prudencial en el acampe, él mismo nos informó que no podría concurrir al lugar porque estaba tratando de recuperarse de un problema de salud. El intenso calor del asfalto porteño y el atosigamiento del público que pasa por el lugar no le permitirían descansar debidamente para recuperarse. Tras pedirnos disculpas, postergó la visita para el día siguiente.

Mientras tanto, al lugar se acercaban vecinos de la zona, llevando refrescos y acompañando el acampe. Una galleta casera lucía comible en una bandeja y el Mocoví Romero, un guitarrero cantor, entonaba “Garzas Viajeras”, el clásico de Aníbal Sampayo.

Una de las mujeres nos comenta que quien sí estaba en el lugar es Eduardo Díaz, hijo de Félix.

Nos presentaron y nos saludamos con un fuerte apretón de manos. Un muchacho joven, con mirada triste y serena. Su rostro muestra el peso de los padecimientos.

Aún así su actitud es serena, respetuosa y amable. Accede a charlar con nosotros sobre los motivos que los trajeron al corazón de Buenos Aires.

“Nosotros queremos que nuestros gobernantes nos escuchen. Ahora se están haciendo obras para la comunidad y hemos pedido algunas carpetas técnicas de todos los trabajos que se vienen realizando en nuestra comunidad,  porque estamos viendo que se está haciendo mal el trabajo. En el caso de las viviendas hay una mala distribución y las casas las están haciendo muy mal y trabajan con materiales usados”

La preocupación gira también en torno a que no se respetan las costumbres y modos de vida de los Qom a la hora de construírles una vivienda. “el gobierno cuando empieza las obras no consulta a la comunidad y esas son las cosas que nosotros queremos. Que se retomen las cosas, pero con claridad. Por eso sostenemos esta lucha y para nosotros, sabemos que no es la forma de llevar un reclamo, pero ya hemos presentado las notas en el año 2014 al Instituto que está a cargo de las viviendas y lastimosamente nunca tuvimos una respuesta”.

Todos conocemos la tremenda falencia que existe en los montes formoseños en materia de salud y educación. Son muchos los niños y ancianos que mueren, no sólo por enfermedades, sino también por desnutrición. Cuando Eduardo habla de este tema, no puede dejar de emocionarse y sus ojos delatan el sentimiento de angustia. “el tema de salud es muy complicado, porque no tenemos buena atención médica, no tenemos un médico permanente en la comunidad. Tenemos dos centros de salud dentro de nuestra comunidad, pero no funcionan, no tienen los insumos que se necesitan. El gobierno quiere construír un nuevo centro de salud, pero nosotros pedimos que ese dinero se destine a los dos centros que ya tenemos para ampliación o incorporar más equipamiento y también insumos y solucionar el tema de un médico. En la educación pasa lo mismo. Tenemos dos escuelas, una está exclusivamente para los chicos de la comunidad, pero tiene un nivel muy bajo, porque los docentes que trabajan ahí no enseñan mucho a los chicos. La otra escuela van chicos de nuestra comunidad y de localidades cercanas y allí se habla castellano y lastimosamente ahora están usando más en la educación el idioma inglés y no se habla nuestro propio idioma, porque no hay maestro bilingües”.

A pesar de los esfuerzos por mantener viva la cultura Qom, los quinientos veinte años de colonización han hecho estragos. “Hubo muchos cambios. Se ha instalado el tema de la evangelización. Hay muchas iglesias de distintas religiones. Por ese lado, nuestros ancianos y mayores que ahora tenemos tienen como una barrera que la misma evangelización ha puesto, prohibiendo muchas de nuestras costumbres. Pero nosotros estamos buscando la manera de recuperar eso, porque para nosotros es muy importante mantener eso y seguir luchando por las tierras, para el bien de nuestros hijos y para el bien de nuestra gente”

La tierra, siempre la tierra como derecho fundamental para que el hombre pueda vivir, desarrollarse y asegurar un futuro. La tierra, que hoy representa un excelente negocio para muchos, les ha sido arrebatada a fuerza de represión para que quede en manos de aquellos que se han encargado de avasallar los montes nativos y dejarlas aptas para el sembradío de soja. Si un día esas tierras vuelven a manos de la comunidad Qom, ya no será la misma, habrá sido modificada a tal punto que difícilmente pueda dar los beneficios que ellos necesitan.

“Justamente, sobre ese tema, el conflicto se agravó y lastimosamente llegamos hasta la justicia, hasta la corte Suprema y logramos una medida cautelar. Pero esa medida cautelar es la que nos ha alejado mucho de nuestro territorio, porque en este momento nadie de nosotros puede ingresar al lugar que ocupábamos como reserva, porque en ese territorio nosotros recolectamos lo que necesitamos para nuestra medicina ancestral y tenemos acceso a una laguna, pero tenemos que insistir para que eso vuelva a nosotros y poder así conservar nuestras costumbres arraigadas a esa tierra”.

Mientras tanto, el diablo también mete la cola entre los Qom, mediante las tentaciones y las falsas promesas. Claro que, ese diablo, está representado por los gobernantes formoseños que, dinero mediante, han cooptado a algunos representantes de la comunidad para que lleven agua al corrupto molino de gobernador Insfrán. Así, la comunidad se ha dividido, y mientras unos se mueren por falta de atención médica, otros circulan en camionetas lujosas para dar testimonio de lo “bien que viven los Qom”.

“En este tiempo hubo mucha influencia por parte del gobierno, el partido político, que se instaló en la comunidad misma, a través de funcionarios, y a través de las iglesias evangélicas que hicieron una unión de pastores y es con la que tenemos muchos problemas, porque ellos mismos dicen ser representantes de la comunidad y no responden al reclamo de la gente sino a lo que quiere el gobierno. Eso genera mucha división, conflictos internos, pero nosotros sabemos bien que confrontarnos entre hermanos no es la solución, lo que nosotros queremos es que el gobierno nos dé la posibilidad de sentarnos a dialogar y analizar los trabajos que se quieren realizar en nuestra comunidad”

Aunque parezca que el camino de las reivindicaciones no tiene llegada, a pesar de la dureza de los episodios que debieron afrontar, Eduardo Díaz reivindica la lucha como un aprendizaje. “En este proceso de lucha hemos aprendido muchas cosas, conocemos mucho sobre las leyes, y por eso estamos tratando de que el gobierno empiece a reconocer el derecho que ellos mismos han puesto en los artículos de las leyes. Por eso es importante acceder a los medios de comunicación para que la gente conozca más sobre este tema”.

Eduardo recuerda también lo ocurrido cuatro años atrás, cuando estuvieron ejerciendo su demanda en este mismo lugar del centro porteño y fueron expulsados tras una tremenda represión. “Recuerdo la represión por parte de la fuerza pública cuando estábamos aquí reclamando por nuestras tierras. Estos reclamos son los mismos, porque el estado nacional y provincial formaron una mesa de trabajo para resolver estos mismos problemas. En esa mesa, el gobierno de Formosa se retiró sin darnos explicaciones. Ibamos a trabajar conjuntamente con las instituciones que están a cargo de los pueblo indígenas”.

La lucha tiene un costo altísimo para los Qom. Al hablar de ello, Eduardo se conmueve y afirma: “Hemos perdido a muchos hermanos jóvenes, ancianos y niños. Es un tema que nos hace sentir impotentes. Tenemos muchos problemas con el tema de salud, estamos muy mal, el gobierno nos ve como si fuéramos opositores. No es así, nosotros no estamos en contra del gobierno ni del partido político. Nosotros queremos que se empiece a escuchar y a respetar nuestro derecho como pueblo indígena. Hemos perdido ancianos por falta de atención médica, pero lastimosamente tenemos un hospital en la ciudad de Laguna Blanca, pero cuando uno se enferma lo llevan a ese hospital, le ponen un suero, le aplican un antibiótico y cuando se mejora le dan de alta. Pero cuando alguien se agrava la situación de algún hermano, lo derivan a la capital de Formosa y allí fallecen”

EL FUTURO

La actitud tranquila y respetuosa de Eduardo Díaz pareciera expresar que ellos tienen todo el tiempo para seguir resistiendo. Sin embargo, la realidad es que las soluciones deben llegar de manera urgente.

Cada minuto que pasa algún hermano Qom puede perder la vida, tras la desidia de quienes tienen que tomar las medidas necesarias para que esta comunidad tenga los derechos que le caben a cualquier argentino.

Las manos y los pies de Eduardo, del color de la tierra, nos hablan de esa vida consustanciada con la pacha mama.

En la humildad de estos hermanos está la mayor riqueza que puede tener un hombre. Ellos no necesitan el confort que nos impone el consumismo capitalista. Ellos no necesitan aire acondicionado para combatir el calor. Tampoco necesitan autos lujosos para trasladarse. Sólo necesitan lo que por derecho ancestral les corresponde, la tierra. Esa tierra que les brinda todo para vivir. El adobe, el techo de paja, los frutos, la medicina, la semilla, y por sobre todo, el lugar en el mundo indispensable para ser alguien.

Los atropellos y las postergaciones han sido tantas que, ahora, sí es urgente la intervención del estado para recomponer lo que se ha destruído.

Mientras tanto ellos siguen resistiendo. Los turistas extranjeros, que inunda la Capital, pasan por el lugar y toman fotografías, como si estuvieran ante extraños personajes salidos de una película. Otros, se acercan, se solidarizan, firman las planillas con los reclamos al gobierno y se quedan comentando acerca de la problemática.

La mayoría, cruza indiferente, ignorando lo que allí ocurre, como si no quisieran que alguien los comprometiera.

El sol abrasador castiga el espacio y en horas de la tarde se hace insoportable permanecer en el precario gazebo. Sin embargo, ellos están, serenos, altivos, seguros de su lucha, concientes que llegó el momento de jugarse al todo por el todo.

La enorme bandera multicolor, que representa a los pueblos originarios, flamea orgullosa, rompiendo el paisaje de cemento.

La protesta está visible. Sin embargo, la indiferencia de quienes toman las decisiones, los hace invisibles a los ojos del poder.

(*Colaboración de Alberto Dorati p/ www.portallarroque.com.ar)